Manuel Morales Alvarez
Voy a exponer varias razones que me llevan a afirmar que el Estado boliviano demuestra limitaciones significativas en su capacidad para detener o reducir eficientemente el contrabando de alimentos (tanto de ingreso como de salida).
Seis factores son los dominantes en la dinámica y descontrol fronterizo:
- Aduanas y fronteras permeables con puntos críticos como Desaguadero (Perú), Yacuiba (Argentina) y Puerto Suárez (Brasil) registran altos volúmenes de contrabando debido a la falta de personal capacitado y la corrupción en controles.
- Colusión de funcionarios con casos documentados de policías y aduaneros que facilitan el paso de mercancías ilegales a cambio de coimas.
- Falta de tecnología, escasez de scanners, drones o sistemas de inteligencia para monitorear rutas clandestinas en trochas en Santa Cruz y Tarija.
- Recursos insuficientes con fuerzas anti contrabando que carecen de logística (vehículos, combustible) para operativos sostenidos.
A esto se suma el quinto factor de importancia política y es:
- Poblaciones fronterizas y comunidades campesinas involucradas en el contrabando como “proyecto de vida”. Otras formas legales de ganarse la vida son inexistentes en los territorios fronterizos de nuestro país.
- Finalmente, se tiene un Estado que mantiene vínculos corporativos con elcontrabando, es decir, mantiene una política permisiva con las poblaciones contrabandistas cuyo pago o retribución es el apoyo político.
Se puede cuantificar que el contrabando mueve 1.500 millones de dólares anuales (según la Cámara de Industria y Comercio), y es una fuente de empleo informal en ciudades fronterizas, lo que dificulta su erradicación sin alternativas económicas. Mientras mercados, ferias, transportistas, bagalleros (sujetos que pasan de un bando a otro de la frontera con pequeñas cantidades de mercancías), son un negocio informal que no decrece porque no existen alternativas productivas.
Los principales flujos de contrabando de alimentos de entrada hacia la Argentina, Perú, y Brasil son pollo, huevos, lácteos, trigo, aceite (más baratos). El contrabando de salida al Perú, Paraguay, Chile es soya, carne de res, quinua (para evadir impuestos o cupos).
El impacto económico del contrabando produce pérdidas fiscales entre 200 a 400 millones anuales de dólares por evasión de impuestos (aranceles, IVA, ICE); al mismo tiempo distorsión los mercados, casos emblemáticos son el contrabando de pollo brasileño y lácteos argentinos que perjudica a productores locales. El contrabando de exportación (Bolivia hacia otros países) tiene como principales productos: el azúcar (hacia Perú y Paraguay, por precios más altos); la carne de res (hacia Perú y Brasil, por menor control fronterizo); el aceite de soja (hacia Perú y Argentina, por subsidios locales); la harina de trigo (hacia Perú en épocas de escasez).
Detengámonos en el contrabando del pollo hacia Bolivia. El contrabando crece más rápido que las importaciones legales (ratio 1:3 en 2024).
Lo métodos comunes son el uso de camiones con doble fondo (declaran otros productos); los pasos clandestinos (trochas) en la frontera con Mato Grosso (Brasil) son los más utilizados y se utiliza la subfacturación (declaran menos volumen del real).
Mientras los principales puntos de Ingreso legales (aduanas habilitadas) están en Puerto Suárez (Santa Cruz)con el 60% de las importaciones; Cobija (Pando): 20% (para abastecer el norte) e hito Villamontes (Tarija): 10% (envíos a Chaco y sur), los puntos ilegales de contrabando están en San Matías (SCZ), zona de monitoreo débil, conexión con Mato Grosso; Desaguadero (La Paz) donde el pollo ingresa camuflado entre otros productos y Bermejo (Tarija) usan rutas alternativas hacia mercados informales.
El impacto en el mercado boliviano es el precio, el pollo brasileño (legal + ilegal) es 30% a 40% más barato que el local. Los avicultores bolivianos pierden entre 100 a 150 millones/año de dólares por competencia desleal. Y finalmente, el pollo de contrabando no pasa controles sanitarios y presenta riesgo de salmonella.
El contrabando de pollo brasileño equivale al 40% del mercado total en Bolivia. Las autoridades incautan solo el 15% al 20% del volumen ilegal.
El contrabando del pollo de Brasil hacia el país incluye, en la dinámica descrita, también a los “pollo bebes” que serán alimentados para su crecimiento en las granjas avícolas de Santa Cruz y Cochabamba. Mientras Brasil cuenta con una industria avícola altamente desarrollada, con granjas de reproducción y plantas de incubación modernas y automatizadas, en Bolivia, la falta de inversión en tecnología avanzada de incubación y manejo genético dificulta la producción a gran escala. Es decir, el sector empresarial avícola importa todo (dependencia) respecto al producto pollo legal o “contrabandeado”. Adicionalmente, Bolivia depende en gran medida de la importación de reproductores (padres y abuelos de los pollitos) desde Brasil, Argentina u otros países, lo que encarece y limita la producción local.
Muchos avicultores bolivianos prefieren importar pollitos bebés desde Brasil (especialmente desde estados como Paraná o Santa Catarina) porque resulta más económico que producirlos localmente, dificultades de economía de escala. La falta de una cadena de suministro consolidada (alimento balanceado, vacunas, logística) encarece la producción nacional.
Necesitamos un nuevo gobierno con políticas efectivas de control del contrabando, pero también de transformación de nuestro aparato productivo, para ello es fundamental el desarrollo de la gestión del conocimiento para lograr ventajas para la producción nacional.
15 de abril de 2025