¿En quién y en qué confiamos?

Por Ernesto Rude – Politólogo

La confianza es una concepción y práctica humana básica, difundida en el contexto social para su propia supervivencia y se manifiesta en muchas dimensiones sociales, en lo personal está la autoconfianza, en las relaciones familiares y de amigos que se entablan en base a ella, se emprende y desarrollan negocios locales y globales en base a la confianza, está presente en la retórica de los políticos para generar credibilidad, también está en la expectativa de réplica de las instituciones privadas y particularmente públicas, en cuanto a la solicitud ciudadana ya sea administrativa, de política pública del Estado o acción de emergencia.

Pero ¿qué es la confianza? el diccionario de la lengua española indica que es la “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”, entonces es la certidumbre y seguridad de un hecho y/o respuesta próxima o cercana, ya sea de una persona, de un objeto o de un fenómeno determinado. El informe del Latinobarómetro 2024 la define como “la capacidad de anticipar”.

Estas definiciones nos indican que la confianza es un concepto interno de la persona primeramente y que se trunca o desarrolla y amplía a otras dimensiones sociales, en función de las respuestas de los fenómenos, objetos y de otras personas conocidas o desconocidas.

De acuerdo a este informe, Latinoamérica es la región más desconfiada del mundo e indica que la falta de confianza en la sociedad, puede ser una razón que impide a la región avanzar a la siguiente etapa del desarrollo humano. Mientras los países desarrollados como Noruega o Suecia tienen altos índices de confianza interpersonal del 60% al 70%, para el 2024 la confianza interpersonal en la región fue del 15%, su punto más alto fue 24% en 1997.

Para el 2024 los países de la región latinoamericana con más confianza interpersonal son, México con 26%, seguido de Argentina con 24% y Chile con 21%. Bolivia con 12% se sitúa por encima de los países con menor confianza interpersonal Brasil 5%, Ecuador 8%, Costa Rica y Perú con 10%. Extraño el caso costarricense que al ser tan desconfiados, puedan ser a la vez el sexto país del mundo y el mejor posicionado de la región en el ranking de felicidad global. Bolivia en este ranking se ubica en el 74° puesto, sólo por encima de República Dominicana 76° y Venezuela 82°.

Respecto a las instituciones en que las y los latinoamericanos confiamos está en primer lugar la Iglesia Católica junto a otras iglesias con el 61%, seguidas de las fuerzas coercitivas del Estado, Fuerzas Armadas con 43% y la Policía con 41% de confianza.

Las instituciones en que las y los latinoamericanos tenemos menor confianza son los partidos políticos con 17%, en penúltimo está el Congreso con 24%, seguido del Poder Judicial con 28% y el Gobierno 31%. Esto muestra que en la región confiamos más en instituciones de coerción que en las democráticas como los partidos políticos y el Congreso. Las y los latinoamericanos hemos ido perdiendo la confianza social, reduciendo los lazos familiares y amistades y círculos de confianza laboral.

Veamos ahora en particular la confianza de las y los bolivianos entre sí y en las instituciones públicas nacionales representadas en un gráfico de barras y en qué situación pre electoral nos deja este contexto.

El 12% de confianza interpersonal se puede explicar por la promoción de la polarización política e intolerancia social al pensamiento y acción diferente. Un claro ejemplo de ello fue el acoso violento de militantes oficialistas a marchas pacíficas en demanda de justicia, en varias ciudades del país en pasados años.

Bolivia es el país que tiene menor confianza en las fuerzas coercitivas, tanto Fuerzas Armadas con 23%, como la Policía Boliviana con 16%. Esto se puede explicar por el desempeño de oficiales de estas instituciones, se recuerda aquel extraño intento de golpe militar de junio del año pasado y en particular el acoso policial a la ciudadanía cruceña por el paro en demanda del Censo 2023.

La confianza en el Gobierno del 12%, mayor que en el Presidente con 10%. Es decir el Presidente, el gabinete ministerial y las instituciones centrales reciben más confianza que la sola figura Presidencial. Este nivel de confianza se explica también por la omisión e inacción de la Presidencia frente el deterioro social, ambiental, económico y político en el que se percibe una sociedad y un gobierno, capitaneados por una presidencia que navega sin rumbo.

La confianza en el Poder Judicial del 13%, la más baja de la región junto a las instituciones de las Fuerzas Armadas y la Policía. Este nivel de confianza en una institución que opera los principios del Estado de Derecho y de la democracia, es carente de legalidad y también de legitimidad social. El Tribunal Supremo Electoral con el 18% de confianza, tiene una gran responsabilidad en la realización de unas próximas elecciones generales independientes, transparentes y creíbles.

El promedio o valor total de los niveles de confianza social, que incluye tanto la confianza interpersonal como de todas las instituciones pública observadas es de 19%. Por encima de este promedio se encuentra en primer lugar la Iglesia Católica y otras iglesias con 59%, las Fuerzas Armadas con 23% y la Asamblea Legislativa Plurinacional es la institución democrática mejor posicionada en la confianza social con 20%.

El Informe Latinobarómetro 2024 no lo incluye, y lo aprovecho para consultarle en privado ¿qué nivel de confianza tiene usted con alguno de los actuales pre candidatos/as potenciales a la Presidencia, para revertir esta situación de desconfianza social?