CRISIS ENERGÉTICA
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Ecuador afronta apagones de hasta 13 horas al día por grave sequía

Unos estudiantes universitarios protestan contra el gobierno del presidente de Ecuador, Daniel Noboa. Foto: AFP

Fuente: AFP

Ecuador sufrió este jueves apagones de hasta 13 horas como medida para enfrentar una crisis hidroeléctrica causada por la sequía que desde marzo afecta a los embalses y los llevó a niveles históricamente bajos.
Ante la escasez de agua, el gobierno también ordenó sin mucho éxito que se suspendieran las jornadas laborales del jueves y viernes.

"Desde el mes pasado (marzo) ya hemos visto unas anomalías negativas en lo que es la precipitación. Ya se venía dando éstas últimas semanas esta falta de lluvias", dijo a la AFP Romel Suntaxi, experto del estatal Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).

La sequía ya era evidente en octubre, cuando el entonces ministro de Energía, Fernando Santos, ordenó racionamientos de hasta cuatro horas diarias. "Estamos atravesando la peor sequía de los últimos 50 años, especialmente la región oriental", donde están parte de los diques, dijo entonces.

"Ayer (miércoles) me quitaron (la energía) desde las ocho hasta las once (de la mañana) y es el tiempo que se necesita para trabajar. Hoy con ocho horas (de suspensión) va a ser peor, nos afecta un montón", dice a la AFP Segundo Guacho.

El hombre de 45 años es propietario de un negocio de alquiler de computadoras en el centro de Quito y sostiene que en tres días ha perdido cerca de 200 dólares de ingresos por la interrupción del servicio. Si los cortes se prolongan, piensa comprar un generador eléctrico.

Los embalses registran niveles de almacenamiento alarmantemente bajos en vísperas de la celebración de un referéndum vinculante sobre las medidas que plantea el presidente Daniel Noboa para atajar la creciente violencia ligada al narcotráfico.

El movimiento en las grandes estaciones de transporte urbano de Quito era el usual, a pesar del pedido del gobierno. Sorteando la falta de semáforos, los autobuses partían hacia varios puntos de la capital, donde los recortes de ocho horas se daban por sectores desde las 07H00 y las 22H00 locales (12H00 y 03H00 GMT)

Los racionamientos comenzaron el domingo sin aviso, por periodos más cortos, pero se han ido alargando.

"Sacrificio"

El Ejecutivo suspendió estos jueves y viernes la jornada laboral en los sectores público y privado, así como las clases, tras anunciar que los embalses Mazar (el más importante) y Paute, ambos en el sur andino, están en "condiciones críticas" al registrar niveles de almacenamiento de 0% y 4%, respectivamente.

El caudal en la mayor central hidroeléctrica, Coca Codo Sinclair (norte amazónico), con capacidad de generar 1.500 MW de potencia para cubrir un 30% de la demanda nacional, bajó al 60% del promedio histórico.

El gobierno aseguró que este domingo, cuando cerca de 13,6 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas, "no va a haber apagones". El principal eje de la consulta es el combate al crimen organizado que desangra al país.

"Gran parte del sacrificio que estamos haciendo el día de hoy los ecuatorianos y el día de mañana y el día sábado es para (...) garantizar que se den las elecciones porque lo que está en juego en la consulta es la seguridad nacional", dijo este jueves el secretario de Comunicación, Roberto Izurieta, al canal Teleamazonas.

Alertas a destiempo

Noboa declaró el martes la emergencia en el sector eléctrico y pidió la renuncia de la entonces ministra de Energía, Andrea Arrobo, luego de los intempestivos racionamientos que empezaron el domingo.

Además denunció un "sabotaje" en el área eléctrica como una de las causas de los cortes, así como de los efectos del calentamiento global.

Las alertas sobre la crisis energética "no se dieron a tiempo", se quejó Izurieta.

El gobierno considera esto una "arremetida" de sus enemigos políticos de cara a la consulta popular con la que busca dar, por ejemplo, luz verde a la extradición de nacionales y aumentar las penas por delitos del crimen organizado.

Al problema hídrico en Ecuador se sumó que Colombia dejó de venderle energía como medida para lidiar con la grave sequía asociada al fenómeno El Niño, que tiene los embalses colombianos por debajo del 30% de su capacidad.