El María Auxiliadora abre sus puertas: un viaje por la historia de Sucre desde las alturas
Iván Ramos - Periodismo que Cuenta
En el centro de Sucre, se encuentra el colegio María Auxiliadora, un museo que conserva intacta la esencia de la ciudad. Este espacio, más que un recinto educativo, es un monumento al pasado, con muros inmaculados, techos embarnizados y patios coloniales que guardan siglos de historia.
Una vez al año, el María Auxiliadora abre sus puertas al público, invitando a descubrir sus secretos mejor guardados: desde la cripta hasta la capilla, pasando por los patios llenos de encanto y los techos vegetales que ofrecen una vista deslumbrante del centro histórico de Sucre. Este viaje por la memoria y la arquitectura no solo resalta la belleza del lugar, sino también el compromiso de quienes lo preservan y lo convierten en un tesoro compartido.
Detrás de esta jornada única hay dos años de preparación ardua y meticulosa. Las estudiantes de quinto y sexto de secundaria se convierten en guías y narradoras, transmitiendo con pasión la historia del colegio y de los Filipenses, la orden religiosa que dejó una impronta imborrable en Sucre.
Este legado formativo fue impulsado inicialmente por el historiador y profesor Norberto Benjamín Torres y continúa bajo la guía del profesor Mauricio Torres, quienes han sembrado en las jóvenes el amor por la historia y la importancia de preservarla.
La formación de las estudiantes va mucho más allá de los libros. Implica investigaciones profundas, la comprensión del valor histórico de la capilla, la pinacoteca y cada rincón del colegio. Durante las visitas, estas jóvenes no solo comparten datos, sino también su orgullo por un espacio que consideran un regalo para la ciudad.
El María Auxiliadora no es solo un museo estático; es un lugar donde el pasado se encuentra con el presente en cada rincón, cada techo, cada mirada desde lo alto. Este año, la invitación a explorar sus secretos promete ser un encuentro íntimo con el corazón de Sucre, contado por quienes han hecho de su historia una pasión compartida.
Visitar el María Auxiliadora es más que recorrer un museo: es adentrarse en un legado vivo que habla de fe, educación y amor por la ciudad blanca. Desde sus alturas, Sucre se revela en toda su majestuosidad, enmarcada por el esfuerzo y el compromiso de quienes mantienen este tesoro como un patrimonio imborrable.