El mundo del fútbol argentino y global se despidió este domingo de uno de sus más grandes estrategas, César Luis Menotti, quien falleció a los 85 años. El rosarino, conocido cariñosamente como "El Flaco", será recordado no sólo por sus logros como futbolista y director técnico, sino también por su influencia perdurable en el fútbol a través de su filosofía de juego, el Menottismo.

Menotti, cuya carrera como jugador incluyó etapas en Rosario Central, Racing, Boca y hasta en el Santos junto a Pelé, realmente dejó su marca en el fútbol como entrenador. Su legado se cimentó fuertemente cuando tomó las riendas de un Huracán que se coronó campeón en 1973, lo que eventualmente lo llevó a dirigir a la selección nacional argentina.

Con la albiceleste, Menotti revolucionó el estilo de juego y llevó al equipo a ganar su primer título mundial en 1978, celebrado en Argentina. A pesar de las dificultades y las críticas, supo implantar una filosofía de juego basada en la posesión del balón y el ataque, una doctrina que resonaría en generaciones futuras de entrenadores y jugadores.

El Flaco también logró triunfos importantes a nivel de clubes, especialmente durante su tiempo en Barcelona donde dirigió a Diego Maradona y ganó tres títulos. Su paso por el fútbol europeo y latinoamericano incluyó equipos como Atlético de Madrid, River Plate, Boca Juniors, Independiente, Peñarol, Sampdoria, Puebla y Tecos, entre otros.

Menotti fue una figura polarizadora, especialmente conocido por su rivalidad ideológica con Carlos Salvador Bilardo, quien promovía un estilo de juego más pragmático y defensivo. Esta dualidad filosófica dividió opiniones en el fútbol argentino durante décadas.

En sus últimos años, Menotti se desempeñó en roles consultivos, influyendo significativamente en las decisiones estratégicas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Fue un defensor clave del proceso liderado por Lionel Scaloni, apoyando la transición del técnico de interino a campeón de América y del mundo.

La partida de César Luis Menotti marca el fin de una era en el fútbol argentino, pero su legado en el estilo y en la enseñanza del juego perdurará por generaciones. Su visión del fútbol como un espectáculo, su pasión por el juego ofensivo y su compromiso con el talento y la creatividad han dejado una huella indeleble en el deporte que amó.