Fue el último adiós al Perro Vargas

En una emotiva despedida Sonia Vargas, hija del histórico exjugador Rolando Vargas, despidió a su padre destacando su legado como deportista y como ser humano. “Fue una gran persona. Nos enseñó a trabajar, a estudiar y a salir adelante con pasión”. Recordó que su padre solía decir “aguante Tigre” ante las adversidades, como símbolo de lucha y fidelidad al club The Strongest.
Sonia rememoró una de las anécdotas más entrañables del exjugador, su papel como capitán en un partido amistoso frente a São Paulo, cuando el público lo pidió tras el accidente de Viloco. “Papá siempre recordaba que Pelé le entregó el banderín y que fue un momento único, porque nunca antes había sido capitán”. La familia también resaltó cómo el stronguismo de Rolando marcó su hogar: “Cuando jugaba el Tigre, se suspendía todo en casa para ver el partido”.
El último clásico paceño fue dedicado a su memoria, cumpliendo un deseo familiar de que The Strongest le rindiera un minuto de silencio. “Fue muy emotivo, lloramos al ver ese homenaje. Fue un momento de tristeza y alegría, porque ganó el club de sus amores, y sentimos que papá nos acompañó desde el cielo”, dijo Sonia, agradecida con la institución.
Rolando Vargas no solo dejó huella en la historia del club, sino también en el fútbol boliviano. Jugó con entrega en una época en la que el amor por la camiseta superaba cualquier incentivo económico. Su hija resumió su legado con una frase poderosa: “Nos enseñó a ganar y a perder, no solo en la cancha, también en la vida”.