Por Nidya Pesántez - Representante ONU Mujeres en Bolivia
La persistente brecha de género en el acceso digital impide a las mujeres disfrutar plenamente del potencial de la tecnología y consolidar su empoderamiento, especialmente el económico.
La pandemia del COVID19 ha evidenciado que las brechas de conexión están asentadas principalmente por área geográfica, condición socioeconómica, por razón de género y etaria. La exclusión digital está determinada por el acceso a la infraestructura tecnológica (dispositivos y servidores) y también por otras dimensiones socioeconómicas articuladas con factores motivacionales, institucionales y contextuales que facilitan o dificultan el desarrollo de habilidades y competencias para el uso de los recursos tecnológicos.
Una de las primeras manifestaciones de la brecha se expresa en los niveles del uso de computadoras y en el uso que se hace del internet. En ambos aspectos, ante los escasos procesos de formación en estos temas, las mujeres muestran menos competencias, lo cual evidencialas desventajas de partida que aún tienen para su inserción digital, incluyendo el teletrabajo.
En2020, en nivel global, sólo el 28% de quienes se gradúan en Ingeniería y el 22% de quienes trabajan en inteligencia artificial son mujeres. Un análisis global reveló que el 44,2% de 133 sistemas de inteligencia artificial presentaba sesgos de género, y el 25,7%, sesgos tanto de género como raciales.
Sobre este mismo tema, el estudio “Masificación de servicios financieros digitales para emprendedoras y empresarias” revela que los desafíos y dificultades de las mujeres microempresarias y lideresas de pequeñas empresas en el sector informal de las cuatro ciudades más grandes de Bolivia (La Paz, El Ato, Santa Cruz y Cochabamba) es el acceso a los servicios digitales y al sector financiero.
El documento, evidencia que al 2022, el 80% cuenta con acceso a internet,esto implica queuna de cada cinco mujeres que forman parte de este grupo no tiene acceso; el 79% posee celular inteligente; el 96% utilizainternet por el celular, siendo éste el principal canal; el 67% tiene internet por WIFI propio, el 11% usa WIFI de un/a familiar o vecino/a y el 19% no tiene internet en casa; el 75% utiliza internet para estudios de los hijos e hijas, el 68% para información, el 67% para distracción y el 50% lo usa para negocios. La encuesta muestra además la prevalencia del uso compartido de conexiones WIFI, y probablemente de equipos.
Hoy, la persistencia de la brecha de género en el acceso digital impide a las mujeres disfrutar plenamente del potencial de la tecnología. La subrepresentación profesional y académica de las mujeres en las disciplinas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTEM) sigue siendo un importante obstáculo para su participación en la gobernanza y el diseño de la tecnología. Y la omnipresente amenaza de la violencia de género en línea —combinada con la falta de amparo legal— las obliga a abandonar los espacios digitales que ocupan, lo que además refuerza el sistemapatriarcal y las relaciones desiguales depoder.
Sin embargo, tenemos certeza que la tecnología digital es una oportunidad para el empoderamiento de las mujeres y las niñas en todo el mundo. Desde la formación digital sensible al género, el acceso a estudio, trabajo y negocio sin discriminación por el hecho de ser mujeres, hastalos servicios de salud sexual y reproductiva facilitados por la tecnología, la era digital ofrece una oportunidad sin precedentes para acabar con todas las formas de disparidad y desigualdad.
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, creemos firmemente que las herramientas digitales representan una oportunidad para democratizar el acceso a conocimientos para facilitar lo cotidiano. Sin embargo, se necesita acompañamiento y alfabetización digital para que la mitad de la población no se quede atrás. El reto es contribuir a un mundo digital inclusivo que sustente sociedades en las que mujeres y hombres ejercen sus derechos en pie de igualdad.