Las dos Alemanias

Carlos Decker-Molina

El sociólogo alemán Steffen Mau en su libro Juntos y desiguales (Ungleich vereint) considera que hay dos Alemanias. Según otros científicos sociales se confirma el análisis de Mau con el resultado de las elecciones regionales de Sajonia y Turingia,que tuvieron lugar semanas pasadas.

No solo Mau, también el historiador Frank Trentmann en su libro Out of the Darkness, The Germans 1942-2022 (Fuera de la oscuridad. Los alemanes 1942-2022) sostiene: “Están unidos pero divididos”.

Han pasado 33 años de la reunificación de Alemania. En mi calidad de periodistas he estado en ambas Alemania antes y después de la caída del muro de Berlín. En aquel entonces y luego del desmoronamiento de la URSS, la observación general era positiva. La sociedad de bienestar de la Alemania occidental iba a colmar las expectativas de los pobladores del Este, recuerdo que se decía.

Alternativa para Alemania y Alianza de Sahra Wagenknecht son los ganadores de las elecciones en Sajonia y Turingia. La extrema derecha y la extrema izquierda han dejado atrás a los partidos tradicionales que están más bien al centro y de paso dejaron mal parada a la alianza de Socialdemócratas, Verdes y Liberales que gobierna el país.

Tanto en Sajonia como Turingia la CDU (democracia cristiana) el partido de Angela Merkel ha iniciado una negociación con los excomunistas de Wagenknecht para hacer frente común contra Alternativa para Alemania. El costo de esa negociación se sugiere muy alto porque era impensable una alianza entre demócratas cristianos y comunistas o resabios del comunismo de la DDR.

¿Qué pasó en estos 33 años? ¿Por qué la victoria electoral de la extrema derecha y la extrema izquierda en esa parte de Alemania? ¿Tienen algún mérito los populistas en esos länder? 

El capitalismo moderno no se pudo consolidar en esas regiones por las huellas ideológicas que dejó el comunismo que, en su actuar, se parece mucho al nacionalsocialismo. 

Son lugares con un gran porcentaje de jubilados, son sitios donde las profesiones liberales son numéricamente inferiores, porque cuando se llamaba DDR las llamadas profesiones liberales eran parte de la escalera de la nomenklatura comunista. Quedaron muchos obreros desocupados y los campesinos no tienen incentivos. 

Las empresas alemanas e internacionales con empleados alemanes y extranjeros temen el clima de violencia e intolerancia contra los extranjeros de estos sitios, y no se asientan. 

Por otro lado, el neoliberalismo no arriesga ni un solo euro en lugares pobres donde nadie compra. Muchos alemanes orientales con esperanza en el futuro abandonan las regiones de la ex DDR. con destino a la parte occidental. Además, los länder orientales no comparten la visión atlantista de Berlín, pro-OTAN y pro-Israel. 

Según una fuente académica, el resultado de las elecciones en Sajonia y Turingia es el triunfo del mensaje emocional, catastrofista que circula en esos sitios, quizá por eso se dice en broma que el verdadero ganador de esas dos elecciones es Putin.

He tomado el tema alemán porque es el país más importante de la UE, su motor económico y monetario. La UE puede seguir en pie sin el Reino Unido, pero no sin Alemania.

Los cordones sanitarios contra los extremismos funcionan solo a veces. El desafío de la democracia es la justicia social y económica para esas regiones donde radican poblaciones olvidadas por la reconversión digital y cibernética. Si las diferencias siguen profundizándose, el ganador en las elecciones del próximo año volverá a ser Putin.