Por Marcelo De la Cruz
Hay que replantearse algunas participaciones en la Libertadores, si vamos a ir solo a cobrar no tiene sentido y eso es lo que parece que sucedió con Nacional Potosí cuando este miércoles le dijo adiós a la Copa.
El mensaje no solo es para los potosinos, es para el Tigre, Bolívar y Always. Últimamente solo vamos a jugar y no competir y la palabra “jugar” se ha convertido en más literal que nunca para el balompié nacional.
A propósito de Nacional, el potosino ni siquiera pudo habilitar su estadio por una dejadez y descuido digno de tiempos primigenios en la organización de eventos internacionales. Algo tan básico como jugar en tu cancha no puede pasar a ser una ligereza dirigencial. A todo eso hay que sumarle los dos resultados magros, más el de La Paz, porque dolió mucho y fue el que directamente lo eliminó de la Copa. Ahora, lo que viene no es complicado de conjeturar: se cobra, se paga lo que hay que pagar y luego a seguir adelante. Es más, este mismo equipo con los mismos nombres es muy probable que este año siga peleando un Torneo Internacional. ¿Por qué? (...)Porque para el medio local es suficiente.
Y esa costumbre parece ser el camino exacto para otros que están en Libertadores y Sudamericana. Parecería que el objetivo es llegar a un Torneo como sea, luego se cobra y después a seguir con la vida como si nada. No hay ninguna aspiración de pasar de fases, menos de campeonar.
Bolívar y The Strongest dicen que la Copa es su obsesión, pero los trofeos están más lejos que nunca para los equipos bolivianos. Mientras muchos invierten en la región, Bolivia solo cobra, un día la Conmebol hará cierre de caja y le cortará a este su afiliado sus posibilidades en campeonatos internacionales y ahí nadie podrá decir nada, porque el mérito es lo que nunca supimos alcanzar.