Por Fernando Huanacuni Mamani
Ex Canciller del Estado Plurinacional de Bolivia
Actualmente vivimos en un mundo unipolar hegemonizado por el capitalismo que está en decadencia, y eso amerita un cambio paradigmático que reconstituya los derechos de la Madre Tierra y proteja la vida de todos los seres que la habitan.
Desde la cosmovisión ancestral concebimos que la complementariedad de dos fuerzas: Pachakama, Padre Cosmos, y Pachamama, Madre Tierra, generan vida, genera Pacha.
En Bolivia durante la primera etapa del Proceso de Cambio, que inició el año 2006, recuperamos la sabiduría ancestral para promover un cambio de horizonte de vida, dejando atrás la depredación, la competencia y el consumismo desmedido, para caminar hacia el Vivir Bien que implica relacionarnos en armonía y equilibrio con la Madre Tierra.
En el año 2009, en Bolivia, se promulga un nuevo pacto social, una nueva Constitución Política del Estado en la que se refleja los principios de la comosvión ancestral, que hoy son principios constitucionales, como el respeto a la Madre Tierra, la plurinacionalidad, la filosofía del Vivir Bien y la identidad cultural.
Desde la filosofía del Vivir Bien y la Diplomacia de los Pueblos, Bolivia ha sido el gestor de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, realizadas en el municipio de Tiquipaya en los años 2010 y 2015. La Cumbre de Tiquipaya fue el reflejo de la primera reunión mundial de los pueblos convocada por un Estado.
En el año 2012, el Estado Plurinacional de Bolivia promulgó la Ley Marco de la Madre Tierra que considera a la naturaleza “sagrada” y un “sistema viviente dinámico”. La norma también incluye el concepto de "justicia climática" para reconocer el derecho a reclamar un desarrollo integral del pueblo boliviano y de las personas afectadas por el cambio climático.
Asimismo establece que las "tierras fiscales serán dotadas, distribuidas y redistribuidas de manera equitativa con prioridad a las mujeres, pueblos indígenas originarios, y afrobolivianos".
Ante la comunidad internacional, Bolivia planteó a la Organización de las Naciones Unidas la declaración del “Día de la Madre Tierra”, para generar conciencia de que la Pachamama no nos pertenece sino que nosotros le pertenecemos a la Madre Tierra.
De igual manera, la delegación boliviana ha llevado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la propuesta de reconocer el Derecho al Agua Potable y al Saneamiento como derechos humanos esenciales; la resolución fue emitida en julio de 2010 tras intensas negociaciones a nivel bilateral y multilateral.
Si el capitalismo salvaje continúa, estaremos condenando a las futuras generaciones a una catástrofe sin acceso al agua. Para nuestros ancestros, el agua es la sangre de la Madre Tierra que alimenta a todos los seres, por lo tanto, el agua no puede comercializarse, no puede estar en manos privadas, porque el acceso al agua es un derecho de los pueblos, es un derecho que tiene nuestra Madre Tierra para producir los alimentos que nos garantizan una Alimentación Digna y con Identidad.
La Pacha, la vida, nos está convocando a reconstituir la sabiduría ancestral, basada en la cosmovisión de la Cultura de la Vida, porque el mundo está afrontando grandes transformaciones; el sistema capitalista está sumergido en una crisis más profunda, una crisis financiera, energética, climática, alimentaria, y sobretodo una crisis de vida.
En la segunda etapa del Proceso de Cambio debemos continuar con los lineamientos políticos, filosóficos y económicos del Estado Plurinacional de Bolivia, porque garantizar el Proceso de Cambio es garantizar la Cultura de la Vida para las próximas generaciones.
En este nuevo transitar hacia la reconstitución de la Cultura de la Vida, debemos recordar las palabras de los abuelos y las abuelas de la Nación Aymara: “no te afanes en dejar tierras a tus hijos, afánate en dejar buenos hijos a la Madre Tierra”.