Guarachi: A mis 70 años, tengo 196 escaladas al Illimani; cuando muera preferiría descansar en la montaña
El exitoso alpinista boliviano, Bernardo Guarachi, hizo un recuento de su trayectoria y confesó que, a sus 70 años, tiene bien contadas 196 escaladas al nevado del Illimani, situado a 6.460 metros sobre el nivel del mar y expresó un deseo en sentido que cuando se vaya de este mundo, preferiría descansar en las montañas bolivianas.
“Ahora que hay problema de cementerios, que me devuelvan a la montaña”, dijo Guarachi durante una entrevista en el programa La Mañana en Directo de la red Erbol, que lo invitó al considerarlo un destacado deportista boliviano al haberse coronado en las siete montañas más altas del mundo como el Everest, el monte Vinson en la Antártida, El Aconcagua, el Mckinley en el Polo Norte, el Kilimanjaru en África, el Elbrús en Europa y el Carstenz de Oceanía.
Guarachi dijo pertenecer a esa parte de las montañas, a las que define como un gran frízer, donde el frío, la nieve y el hielo derrotan a las enfermedades y conservan la salud alimentaria porque las cosas no se fermentan.
En Bolivia lo tiene dominado al Illimani, Huayna Potosí, al Sajama y otras montañas menores, a las que antes subía dos veces por semana. A pesar de su edad, tampoco ha dejado de ser un montañista activo, cuya carrera comenzó en 1977 tras haber quedado desempleado de una agencia de turismo en La Paz.
Sostiene que su vida está allá, en los nevados, donde cree que la vida es distinta y por eso vuelve cada vez a las montañas en Bolivia. Dijo que en las ciudades todo es igual, pero su forma de vivir y pensamiento cree que cambian cuando se encuentra rodeado de nevados.
Recuerda que cuando escalaba, siempre expresaba el deseo de no quedarse ahí, como en los montes Himalaya donde muchos escaladores perecen en el intento. “Yo no quisiera quedarme ahí, sino volver”, dijo en la entrevista.
Afirmó que el nevado de Los Andes es como un paraíso y destaca la actitud de cooperación entre montañistas, a diferencia de los Himalaya donde hay odios, miramientos y dicen “si alguien muere, que se muera; mejor, uno menos porque todos están en busca de la fama”, comentó.
El mayor escalador de Bolivia relató sus dificultades desde niño, su juventud, la falta de trabajo que lo ha llevado a encarar duros desafíos para sobrevivir, pero que le han servido como un peldaño hasta llegar a las cimas más importantes del mundo e incluso haber colocado la huella boliviana en la Antártida para que un pedacito del macizo Vinson pertenezca a los bolivianos.
“Es muy importante que el público lo sepa, no vengo de una familia rica, sino vengo de una familia muy pobre. Me ha costado todo y gracias a mi trabajo he conocido todos los continentes del planeta”, dijo Guarachi quien por momento se quebraba en llanto al recordar el sufrimiento en el entorno familiar, sus temores en los nevados y sus éxitos alcanzados que hasta hoy tiene la dicha de contarlos.
Guarachi nació el 14 de enero de 1953 en la localidad de Patacamaya, provincia Aroma departamento de La Paz y vivió hasta sus 22 años en Arcia al cuidado de una familia chilena de maquinistas de locomotora y luego del golpe de Estado de Augusto Pinochet decidió retornar a Bolivia.