MEDIO AMBIENTE
Título: 

<strong>Entre lluvia, nevada y peñones energéticos</strong>

Llegando a Peñas (Foto ANA)



Vía: Agencia de Noticias Ambientales (ANA)

Fue la primera rodada del año, el destino fue la localidad de Peñas con sus imponentes formaciones rocosas y el panorama espectacular de la Cordillera Real después de varias nevadas.

La Paz, enero de 2023 (ANA).- Si bien proyectamos la excursión ciclística muy temprano en la mañana hacia nuestro destino que sería la localidad de Peñas y que está sobre una amplia alfombra a los pies de la cordillera Real, camino a Copacabana, el día amaneció muy lluvioso, la jornada anterior una fuerte granizada cubrió de blanco a las ciudades de La Paz y El Alto.

Esperando que la lluvia dé pausa, finalmente nos dirigimos alrededor de las 11.30 hacia la estación de la línea morada del teleférico en la calle Almirante Grau para llegar a la ciudad de El Alto (Villa Dolores), allí descender y pedalear hasta la Ceja para comenzar el recorrido de 60 kilómetros, primero por la avenida Juan Pablo II, pasar Río Seco, la Upea, la tranca de Corapata, Patamanta, Santa Ana, Viloco y tomar el desvío hacia el turístico, histórico e imponente distrito de Peñas.

Mucha gente aprovechando el feriado de Año Nuevo correspondiente al lunes 2, viajó hasta Copabana y otros sitios lacustres como Huatajata y Tiquina, pero alrededor del mediodía cuando comenzamos el recorrido, si bien aún estaba nublado aunque ya no amenazaba tormenta, no había tanta circulación de vehículos como lo sería al atardecer, pero de eso hablaremos más adelante.




Llegando a Peñas (Foto ANA)

Cabe recordar que algunos días antes un ciclista fue letalmente embestido por un motorizado en Santa Cruz, cuando circulaba por la carretera de Warnes. Ello provocó mucha y justa indignación, por lo que iniciamos el recorrido con algo de temor, pero decididos a llegar a nuestro destino, y es que recorriendo más tranquilamente la carretera pudimos concluir exitosamente la rodada, disfrutando del paisaje y aprovechando para tomar fotografías.

Una capilla entre las rocas




En la explanada de una cima se erguía una capilla que invitaba a visitarla. (Foto ANA)

Ya luego de la población de Viloco y llegados al desvío hacia Peñas nos dirigimos allí, de pronto observamos que entre las montañas rocosas características del lugar había una pequeña explanada donde estaba situada una capilla de color blanco, avanzamos hacia el norte un poco más, ese cerro recibía el nombre de Calacoto, entre las poblaciones de Suriquiña y Wiraconi, a pocos kilómetros del pueblo de Peñas.




Y efectivamente, la capilla se encontraba en el cerro de Calacoto, a pocos kilómetros de la población de Peñas. (Foto ANA)

Nos detuvimos junto al camino y dejamos nuestras bicicletas apoyadas en una casita de adobe luego de pedir permiso a los propietarios. De repente comenzó a llover, pero la precipitación solo duró unos pocos minutos. Luego procedimos a subir hasta la capilla de Suriquiña que habíamos avistado antes, tuvimos que ascender entre las rocas, pues si bien dejamos las bicicletas, el recorrido nos había dejado exhaustos, así que poco a poco logramos llegar hasta ese atractivo lugar, donde se elevaba una blanca capilla.

Panorama espectacular




La Cordillera Real descolla en el panorama con sus imponentes nevados luego de la tormenta. (Foto ANA)

Allí el panorama era incomparable, majestuosas montañas se destacaban hacia el norte, era la Cordillera Real, las montañas nevadas del sector del Tuni Condoriri, más allá nos saludaba imponente el Chachacomani entre el blanco de sus glaciares. A sus pies se extendía una planicie surcada de ríos, paja brava, bosquecillos de queñua, arbustos y cultivos de hortalizas. Es que se trataba de un sitio fértil irrigado por los deshielos procedentes de las montañas del lugar.

También hacia el sur el panorama no dejaba de ser imponente, una vasta planicie, montañas y poblaciones, un poco más al occidente se podían apreciar el espejo de las aguas del lago Titicaca, las poblaciones de Batallas, Huatajata, Huarina y otras situadas en esa dirección. El aire era helado y purísimo, las rocas, la naturaleza del lugar en general emanaban una especie de energía, de magnetismo, de vida del que llenamos nuestros pulmones y nos recargamos de esa fuerza mística.




Una amplia planicie surcada de ríos y algunas poblaciones es la antesala de la cordillera. (Foto ANA)

Luego de unos minutos disfrutando de ese lugar que se encuentra a más de 4 mil metros de altura, tomando fotos a diestra y siniestra, hipnotizados por tanta belleza, procedimos a retornar iniciando el descenso a la cabaña aledaña a la carretera donde dejamos nuestras bicicletas. Una vez abajo agradecimos a los comunarios del sector y pedaleamos unos kilómetros más hasta la localidad de Peñas.

Ya a eso de las 16.30, una vez llegados a la plaza del pueblo donde el caudillo indígena Tupac Katari hace algunos siglos fue descuartizado y su compañera Bartolina Sisa fue obligada a presenciar el sangriento hecho para a su vez, ser luego cruelmente eliminada.




Hacia el otro lado, al suroeste, ya se podía divisar el lago Titicaca. (Foto ANA)

Quisimos beber algo caliente, pero la cafetería de la parroquia de Peñas se encontraba cerrada por el feriado de ese lunes 2, entonces ingerimos unas peras de las que nos aprovisionamos en el camino y un par de chocolates que conseguimos de una tienda ante la plaza.

Nos embarcamos de retorno a La Paz en un minibús que más bien disponía de parrilla para llevar nuestras bicicletas. Pese al tráfico de vehículos que retornaban luego de visitar el área lacustre adónde muchos fueron, llegamos alrededor de las 19.15 a la ciudad de El Alto, aproximadamente a la altura de la terminal interprovincial, lugar desde el cual nuevamente pedaleamos hasta la Ceja para descender por la autopista a la ciudad de La Paz y así culminar una hermosa jornada.




Un ternero nos saludaba para posar en la foto desde una cabaña de adobe. (Foto ANA)