HOMILIA DOMINICAL
Título: 

Iglesia insta a nuevas autoridades a construir puentes de acercamiento

Monseñor Sergio Gualberti, arzobispo de Santa Cruz. Foto/ASC

La Iglesia Católica instó este domingo a las autoridades del gobierno nacional y departamentales a construir puentes de acercamiento, diálogo y encuentro sobre la base de la verdad, la justicia, la libertad y poniendo al servicio del bien común todos los talentos que Dios ha dado a cada una de las personas.

Luego de la Beatificación del primer juez que tiene la Iglesia Católica, Rosario Livatino, ordenado este domingo por el papa Francisco, el arzobispo de Santa Cruz monseñor Sergio Gualberti, exhortó a todos los católicos a hacer un examen de conciencia acerca de las relaciones con los demás, tanto a nivel personal como social y si fuera necesario remover de sus corazones y de sus vidas, todo lo que nos divide, sospechas, desconfianzas, discriminaciones, intolerancia y actitudes racistas.

Dijo que luego de la instalación de las nuevas autoridades, todos los bolivianos deberían trabajar como hermanos, poniendo en estrecha relación la fe en Dios y la práctica de la justicia, dos virtudes que deben estar presentes en la vida de todo cristiano.

Gualberti sostuvo que esto significa que para agradecer a Dios hay que creer en él y al mismo tiempo practicar la justicia con todos, en especial modo con los más vulnerables y desamparados.

Indicó que, desde esa óptica, practicar la justicia no es solo un acto humano sino una virtud cristiana, es el testimonio que nos da la Iglesia con la beatificación de Rosario Livatino, un joven juez italiano que, fortalecido por su profunda fe en Dios, ha tenido el coraje de la libertad, no ha mancillado la justicia y no ha traicionado su vocación de juez al servicio de la verdad, pagando por su vida asesinado por la mafia.

Explicó que ese ejemplo nos debe impulsar a los cristianos a no callar ante las injusticias y estimula a la Iglesia a hacerse eco del clamor que se eleva en nuestro país ante tantas agresiones a la vida y en especial ante una justicia servil que ha perdido toda credibilidad.

“No puede haber reconciliación, armonía y paz sino hay una justicia independiente e imparcial, que esté al servicio de la verdad y actúe con equidad y sin distinción alguna en cuanto a la posición social, económica, política y religiosa de las personas”, manifestó en su homilía dominical pronunciada desde la Basílica de San Lorenzo en la ciudad de Santa Cruz.