Gualberti: La inestabilidad y los titubeos son peligrosos para uno mismo y para los demás
A tiempo de anunciar que a partir de este domingo se inicia en Bolivia el mes de la Biblia, el arzobispo de Santa Cruz monseñor Sergio Gualberti exhortó a encontrar el rumbo a la luz del camino de Jesús, sin titubeos porque muchas veces la inestabilidad de las personas dan miedo y es peligroso para uno mismo y para los demás.
Dijo que a menudo nuestra vida está separada de la fe, por eso la Iglesia siempre está en búsqueda de corregir a los católicos para que retornen al camino de la verdad y la vida porque muchas veces una persona puede ser una ayuda o un obstáculo, como Pedro cuando contradijo los anuncios del plan del Señor.
Recordó que paradójicamente Pedro - roca y fundamento del nuevo pueblo de Dios- que una mañana había sido proclamado beato por su profesión de fe, en la tarde era obstáculo porque sus pensamientos no eran los de Dios, sino los de los hombres.
“Nos debería hacer pensar el hecho que una persona, casi al mismo tiempo, pueda ser beata y diabólica y tener tantas inspiraciones sublimes como mezquindades vergonzosas. Esta ambigüedad es la que, a veces, pasa con nosotros seguidores de Jesús en el proceso de maduración en la fe y la vida cristiana. Nuestra inestabilidad y nuestros titubeos hacen dar miedo y son peligrosos para uno mismo y para los demás”, dijo en su homilía.
Sostuvo que Jesús a partir de ahí profundizó su pensamiento al señalar: «El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”. Jesús, sin tapujos, nos dice que para ser sus discípulos y entrar en comunión con su destino, hay que estar dispuestos a cargar la cruz, como Él, y aceptar el martirio.
Al respecto San Pablo invita a seguir su ejemplo, a entrar en comunión con el destino de Jesús y a basar nuestra fe no en el poder humano, sino en el poder del Crucificado, el poder del amor, de la entrega y del servicio.
Sostuvo que la renuncia a nuestro yo y a las aspiraciones puramente terrenales, no son un fin en sí mismos o un puro ejercicio de penitencia y purificación, sino actitudes de vida orientadas a “encontrar” el “tesoro”, el reino de Dios que, aunque en germen, inicia en nuestra historia humana y va creciendo paulatinamente hacia la plenitud final.
Invitó a todos los católicos a participar de la “Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación” que se celebra el primero de septiembre, sin olvidar que, todas las heridas al medio ambiente y a la biodiversidad, son una real amenaza para nuestra salud y existencia, por eso como creyentes estamos llamados a orar al Dios de la vida y a poner nuestros esfuerzos para convivir en paz con la creación.