EXPERTA EN TEMAS DE SALUD PÚBLICA
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Especialista ve que las mayores injusticias de salud caen sobre poblaciones vulnerables

Verónica Osorio, experta en temas de salud pública. Foto/Erbol

Verónica mientras realizaba un trabajo de consultoría el año 2015 conoció que una paciente embarazada de 14 años proveniente del Chapare, murió con su bebé en el vientre por falta de oxígeno a consecuencia de un severo caso de un condiloma y VIH positivo, víctima de violencia sexual. Esto despertó en ella un mayor interés de profundizar estudios en el área de la salud pública en el país. Tras realizar similares investigaciones concluye que la improvisación y debilidad institucionalidad del área de salud pública, castiga a las poblaciones más vulnerables en su derecho de acceder a la salud oportuna. 

Su lenguaje se parece más a la de un médico que una economista  debido a su largo recorrido en temas de investigación, habiendo generado una valiosa experiencia que le permite formular una conclusión en sentido de que las mayores víctimas de un servicio de salud están en el área rural donde niños, mujeres, indígenas, población LGTB y sectores de escasos recursos, sufren las consecuencias.

Verónica Osorio es una Economista graduada en la Universidad Católica Boliviana de La Paz y a sus 32 años alcanzó su especialista en Salud Pública, luego de trabajar en más de 6 países de América Latina, el Caribe y África Subsahariana con diversas instituciones internacionales y actualmente tiene una Maestría en Salud Pública de EHESP Sorbonne París y en Políticas Sociales e Investigación Social del Instituto de Educación de UCL Londres.

Con estos conocimientos retornó a Bolivia para realizar varios trabajos de consultoría y no deja de esconder un cierto desencanto porque muchas investigaciones financiadas por la comunidad internacional, generaron propuestas para mejorar los servicios de salud donde – según dijo – mujeres de todas las edades sufren las mayores injusticias en las atenciones de salud, al tener hospitales sin equipamientos ni personal suficiente.

Ante la proximidad de las elecciones generales, cree necesario que la ciudadanía deba tomar el pulso a las futuras autoridades sobre políticas de salud pública que plantean, que si bien han seguido una línea relativamente estable hacia la universalización y gratuidad de los servicios, generalmente se toman decisiones improvisadas y en función al contexto afectando a su sostenibilidad en el largo plazo.

Cree que el Ministerio de Salud debería estar más comprometido para evitar que las desigualdades ya existentes dentro de nuestra sociedad, se acentúen porque se afecta al objetivo de alcanzar una mejor calidad de vida. Dice que una buena forma de medir el funcionamiento del sistema de salud es a través de la salud materna.

En base a los estudios realizados, señala que en Bolivia la mortalidad materna ha sido una preocupación al ser la segunda más alta de la región, lo cual ha llevado a la creación del Bono Juana Azurduy y las subvenciones alimentarias. Indica que aunque no se haya logrado alcanzar el objetivo del Milenio de disminuirla en un 75% entre 1990 y 2005, se ha reducido bastante en este periodo (61%), sigue siendo alta (160 muertes por 100mil nacidos vivos), según datos del Censo 2012.

Comenta sin embargo, hay un buen número de muertes maternas que podrían haber sido evitadas y son inaceptables desde el punto de vista de que el acceso a la salud es un derecho humano y que además una persona no debe morir dando a luz a otra persona.

Asegura que las atenciones de parto natural se pueden realizar en establecimientos de salud de primer nivel con atenciones prenatales adecuadas, y solo en caso de complicaciones acudir a un segundo o tercer nivel.

De acuerdo a un estudio del Banco Mundial, en la ciudad de El Alto la inseguridad ciudadana  hace que algunas mujeres esperen hasta el último momento del parto para ir a un centro de salud. En otros casos se ven forzadas a bajar al Hospital Materno Infantil de Miraflores en transporte público en pleno proceso de trabajo de parto por la falta de ambulancia o la falta de recursos para pagar una ambulancia.

A estas dificultades se suman que los establecimientos de 1er y 2do nivel del sector público cuentan con insuficientes insumos y deficiente equipamiento, lo que dificulta la tarea a los médicos que realizan trabajos admirables al tener que atender los partos en situaciones tan precarias.

Confirma que en esos hospitales existen insuficientes equipos para el excesivo número de pacientes y la falta de mantenimiento de los equipos, por lo que también los médicos se ven forzados a adecuar instalaciones no adecuadas para la atención del paciente, según un estudio del BID para el 2018.

El año 2016 se dio un caso en Santa Cruz donde una paciente embarazada de 14 años con eclampsia no pudo ser atendida en un hospital de 3er nivel porque no había espacio en terapia intensiva, fue llevada a otro hospital de 3er nivel donde los equipos estaban en mal estado y debió retornar al primer hospital pero la paciente y su bebé murieron en la ambulancia.

“Estos casos son inaceptables y se dan bajo el paraguas de un Plan de Reducción Acelerada de Mortalidad Materna y Neonatal establecida por el Ministerio de Salud. Si esta es la situación de la salud materna en el país, que es un servicio básico y rutinario ¿Cuál es la capacidad para atender otras enfermedades que requieren mayor especialidad o emergencia?, ¿Cuál es la capacidad en el área rural? ¿Está nuestro sistema de salud listo para su universalización?”, pregunta la joven profesional.

Actualmente se implementa el Seguro Universal de Salud (SUS) que en su criterio se implementó improvisadamente en un sistema de salud aún débil que debió estar acompañado de un programa sólido que no cambie con el nuevo gobierno y que esté acompañado de un sistema educativo con salud sexual integral incluido en el currículo desde nivel primario y que produzca la suficiente cantidad de personal de salud que sea altamente capacitado y también especializado.

Su última experiencia fue el año 2019 cuando por encargo de un organismo internacional hizo estudios en materia de salud dentro el Plan Nacional de Desarrollo para la agenda 2025, pero que con el cambio de gobierno quedó paralizado, aunque es optimista que en algún momento pueda rescatarse para la generación de una política nacional de salud.