EN LAS CIUDADES
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Creatividad y solidaridad marcan las protestas que señalan fraude

Un manifestante con un títere en La Paz.

Vecinas y vecinos de distintas partes de Bolivia que se unen y le cantan canciones contra el presidente, letras de protesta a favor de la democracia y contra el fraude: graban videos y los comparten en las redes sociales. Marchan, se ayudan entre sí y hasta comparten con los policías.

Un ciudadano adulto que bloqueó instalando su cama en medio de una gran avenida en Santa Cruz. En las noches duerme allí; en el día mantiene su protesta: “Aquí es mi cuarto y aquí vamos a morir, de pie, si hasta esa consecuencia tenemos que llegar”, afirmó.

En la noche, el cacerolazo masivo se origina desde las ventanas de varios edificios en la ciudad de La Paz; genera adhesión nacional y se convierte en una tendencia. El sonido de las ollas llega hasta las puertas del cuestionado tribunal también desde la misma calle. La misma protesta, surge y se repite, casi al unísono, con marchas en mercados y barrios en urbes del Oriente. 

En las movilizaciones, adolescentes y jóvenes paceños, que en el momento en que están siendo gasificados, con los ojos nublados y la respiración contenida, entonan, -aún con emoción- el Himno Nacional; lo hacen para generar conciencia en los efectivos policiales que cumplen órdenes de sus superiores.

Cientos de residentes bolivianos en remotas ciudades del mundo, se autoconvocan, se organizan y protestan. En algunas manifestaciones, se canta Viva mi Patria Bolivia, el segundo himno, capaz de emocionar al más indiferente. 

En la ciudad de Oruro, un policía que estaba en la custodia de entidades públicas terminó fundido en un abrazo con una joven manifestante, quien se había organizado para dar dulces y agua a los efectivos.

“De los bolivianos para los bolivianos”, dice un oasis de agua: es un punto de hidratación colocado por vecinos en las confluencias de las avenidas Libertador y América en la ciudad de Cochabamba. Contiene un dispensador con agua en medio de una avenida para combatir el ardiente sol de la capital del valle.  

Es uno de varios ejemplos de solidaridad, como también los hay muchos de creatividad y hasta de humanidad, en las protestas y paros desatados tras que el Órgano Electoral mostrara el lunes tendencias muy distintas a las que mostró el domingo de la elección después que se dejara de mostrar el TREP por varias horas y despertara indicios y sospechas de su fraude, los que aumentaron cuando un grupo de ingenieros mediante un análisis concluyó que hay indicios de manipulación fraudulenta electoral a favor del gobernante MAS.     

En las ardientes avenidas orientales, a mediodía, ollas comunes con comida lista esperan a los vecinos y aun a los transeúntes: “La olla común es pa’ todo el que salga a hacer esta protesta pacífica”, dije una vecina.

Mujeres jóvenes que se organizan, limpian, recogen y acopian la basura acumulada tras varios días de paro a los pies del emblemático Cristo cruceño.

Tras recorrer parte de las movilizaciones el escritor Homero Carvalho ve que “la gente está feliz de defender sus derechos, por un tiempo hemos vuelto a ser una comunidad de seres humanos solidarios y soy parte y testigo de ello”.

“Yo no me canso de pelear, sino pregúntenle a mi marido”, dice un letrero que luce una mujer mientras marcha en medio del paro cívico en alguna avenida de Santa Cruz. Letreros, memes y mensajes creativos, circulan en las calles y en las redes sociales. Muchos de ellos evitaron expresiones ofensivas, prefirieron la creatividad.

Pese a la molestia y la rabia desatada, siguen las muestras de solidaridad con los movilizados, incluso hasta con los policías que reprimen o los que están listos para reprimir.

En La Paz, en medio de la tensión entre policías y manifestantes, en una pausa entre las gasificaciones, un joven activista regala agua a los policías, quienes, entre sorprendidos y conmovidos, la reciben y beben. 

Esta escena se repite varias veces durante las jornadas de protesta: generalmente es una joven, una pareja o un grupo de jóvenes que obsequian alimentos y golosinas a los policías.

En algún barrio de la capital cruceña, están varios jóvenes. Al parecer, son todos amigos de la zona, de edades similares. Van surgiendo desde los extremos como muertos vivientes que apenas pueden comenzar a moverse. Al ritmo de una conocida canción del pop, los zombis bailan coreográficamente. Protestan así contra las presuntas irregularidades de personas fallecidas que aparecieron como si hubiesen votado; denuncias que se viralizaron en redes sociales.

“Gratis: refresco y galletitas. Gracias por tu lucha”, dice un letrero improvisado que ella colocó junto a refrigerios que preparó para ayudar. Es una señora de la tercera edad que atenta aguardó para colaborar a los movilizados en medio del calor de octubre en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Como ella, varios adultos mayores también se movilizan y apoyan las protestas activamente.

Dos adolescentes están sentados en lo alto de unos fierros de equipos de sonido, ondean banderas mientras sus amigos hacen funcionar sus amplificadores para motivar con la música a los muchachos que se mantienen bajo el intenso sol en medio del paro cívico indefinido cruceño.

Un hombre que, ante lo candente del asfalto en el oriente, optó por subir a sus hombros y cargar a un perro grande, agitado por lo ajetreado de la caminata.

“Ni por nota ni por plata yo vine por mi plata”, es el título de un video que jóvenes realizaron en respuesta a polémicas declaraciones del mandatario, y es, al mismo tiempo, el estribillo de un cántico que resuena, una y otra vez en las protestas en derredor de un desacreditado Tribunal Supremo Electoral. 

Una bandera enorme, tan larga, que cubre y logra bloquear una de las principales avenidas cruceñas a la altura de una rotonda. Imposible atraversarla. 

Varios ciudadanos que ayudan a cambiar la llanta de una camioneta de la Policía que circula en medio de los bloqueos y el paro.

Si bien en la primera jornada de movilizaciones hubo violencias hasta con quemas de tribunales electorales, luego las protestas adoptaron formas de lucha pacíficas. Caminatas con guitarras, canciones, vigilias, oraciones, son otras de las innumerables formas pacíficas, solidarias y en algunos casos, hasta creativas en que la gente manifiesta su rechazo al fraude electoral en varios departamentos de Bolivia.