SEGÚN ASAMBLEÍSTA ZÁRATE
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Chuquisaca: el Chaco llora la pérdida de 8.349 hectáreas de bosque por deforestación incontrolada

El asambleísta departamental de Chuquisaca, Ricardo Zárate, ha lanzado una denuncia escalofriante sobre una deforestación masiva que está dejando una marca indeleble en el paisaje ecológico del Chaco.

De acuerdo con las revelaciones del asambleísta, un área total de 8,349 hectáreas ha sido devastada en el municipio chaqueño de Macharetí, perteneciente a la provincia Luis Calvo de Chuquisaca. 

Lo más alarmante es que esta “destrucción sin control ha sido autorizada por la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) de Tarija y Santa Cruz”, ubicadas en otros departamentos, poniendo en evidencia la falta de coordinación y control en la preservación de nuestros valiosos bosques.

Zárate informó que la ABT de Tarija permitió la deforestación de 4,200 hectáreas en Villamontes y, para empeorar la situación, se han tramitado más de 4,000 hectáreas adicionales en el departamento de Santa Cruz. “Estos actos irresponsables han llevado a la desaparición de árboles centenarios”, convirtiendo áreas que en el pasado eran vitales para atraer lluvias en la región en desiertos áridos.

El asambleísta denunció “la participación de personas extranjeras en esta devastación”, quienes han dejado a su paso un rastro de destrucción inigualable. Se estima que entre seis y siete taladoras orugas han trabajado incansablemente para arrasar con la riqueza natural del Chaco.

Zárate hizo hincapié en la gravedad de la situación al afirmar que “la recuperación de lo talado llevará décadas, si no más”. Para dimensionar el daño, comparó esta pérdida con áreas familiares: "equivalente a diez veces el área concentrada de Camiri, dieciséis veces el área concentrada de Monteagudo y setenta veces el área de Macharetí".

Además, el asambleísta denunció la increíble realidad de las multas impuestas por la deforestación irregular. Con asombro, Zárate reveló que los depredadores "solo deben pagar 20 centavos de dólar por hectárea talada de manera ilegal". Esta insignificante penalización incentiva la explotación irracional de nuestros recursos naturales, dejando un futuro sombrío para las comunidades que dependen de la naturaleza para sobrevivir.