Un trágico deslizamiento de tierra ocurrido en un pueblo de la provincia de Sichuán, en el suroeste de China, ha dejado al menos una persona fallecida y a 28 desaparecidos, mientras los equipos de emergencia trabajan sin descanso para localizar a las víctimas.

El alud, provocado por fuertes lluvias recientes, arrastró 100.000 metros cúbicos de tierra y escombros a lo largo de 1,2 kilómetros, sepultando varias viviendas en el área, según reportes de medios locales.

En total, cerca de 1.000 efectivos, incluyendo policías, bomberos y personal médico, están participando en las labores de rescate en el pueblo de Jinping, en el condado de Junlian. Las autoridades han desplegado drones y radares para buscar señales de vida entre los escombros. Hasta el momento, se han rescatado a dos personas heridas y evacuado a unas 360 más.

El gobierno local atribuye el desastre a las intensas lluvias y las condiciones geológicas de la zona. Durante una rueda de prensa, las autoridades confirmaron que las evaluaciones iniciales apuntan a estos factores como causantes del alud. El viceprimer ministro chino, Liu Guozhong, ha viajado al lugar para supervisar los esfuerzos de rescate y asegurar la seguridad de los residentes afectados.

Además, se han destinado 10,8 millones de euros para apoyar la operación de rescate y la recuperación en la zona. Sin embargo, las autoridades han advertido que las laderas circundantes continúan siendo inestables, lo que podría desencadenar nuevos deslizamientos de tierra.

El desastre subraya el riesgo que enfrentan las regiones montañosas de China, donde los corrimientos de tierra son un fenómeno recurrente, especialmente en época de lluvias intensas o cuando las obras de construcción no son adecuadas.