Una sinfonía de identidad: los sikuris y el chuntunqui iluminan Sucre
Iván Ramos - Periodismo que Cuenta
La noche caía sobre la plaza 25 de Mayo, pero la oscuridad no tenía cabida cuando el sonido de los sikuris comenzó a llenar el aire. Tambotes, bombos, zampoñas y sikuris se unieron en un abrazo musical que resonó con fuerza, tejiendo melodías de chuntunquis que parecían hablar del alma misma de Chuquisaca.
Niños que, casi sin darse cuenta, movían los pies al compás del ritmo; adultos mayores que se dejaban contagiar por la magia de la música, evocando recuerdos de antaño; y turistas extranjeros que, fascinados, intentaban captar cada detalle con sus cámaras, aunque la verdadera esencia del momento solo podía sentirse estando allí.
"Es algo que no se explica, se vive", comentó Roxana, una vecina de la ciudad que asistió con su familia. “El chuntunqui no es solo música; es el latir de nuestro pueblo, su memoria y su alegría”.
UN LEGADO QUE LATE FUERTE
El chuntunqui, otrora relegado a festividades religiosas y rituales, ha renacido en los últimos años como un emblema cultural. Ahora, acompaña el nacimiento en cada hogar chuquisaqueño, marcando la bienvenida de nuevas vidas con un toque de esperanza y júbilo.