Por Iván Ramos - Periodismo que Cuenta

En las remotas alturas de Sonqo Chipa, una comunidad ubicada en lo profundo de las montañas, se lleva a cabo una labor apícola fascinante liderada por la excepcional apicultora Lucy Condori Flores. Junto a un grupo de diez mujeres, Lucy se dedica a producir una miel única, obtenida de las exquisitas flores en el Distrito 6. El Eucalipto, el Chunchu y el Pino son solo algunas de las variedades florales que aportan a esta miel un sabor y aroma inigualables.

La feria de la miel y sus derivados en Sucre, que se celebra en estos días, es un testimonio del éxito de su producción.

A diferencia de las abejas que se limitan a una sola área, las abejas de Lucy son aventureras incansables, exploradoras que se adaptan a cualquier entorno en el que se aventuren. Esta habilidad les permite recolectar néctar de una amplia variedad de flores, resultando en una miel diversa y llena de matices.

Sin embargo, la producción de miel no es la única ocupación de Lucy y su comunidad. Afortunadamente, la apicultura no requiere una dedicación exclusiva, lo que permite a estas apicultoras dedicarse a otras actividades igualmente importantes para la comunidad en su conjunto. Es en esta sinergia entre el cuidado de las abejas y las necesidades de la comunidad donde reside el verdadero poder de la apicultura.

"Viniendo de las manos de las mujeres, la miel es más dulce", comenta Lucy con una sonrisa en su rostro. Ella destaca el papel fundamental que desempeñan las mujeres en la producción de miel, aportando su dedicación y cariño en cada paso del proceso.

En la ciudad de Sucre, Marcos Delgadillo rodea su espacio de trabajo con decenas de frascos de miel y propóleo. Él sostiene firmemente que la verdadera medicina se encuentra en los pequeños insectos que habitan las colmenas. El aire de la colmena, las larvas, las picaduras de las abejas, el polen y la leche de la miel poseen propiedades curativas sorprendentes.

Delgadillo afirma con convicción que la apiterapia, una forma de terapia basada en los productos de la colmena, ha demostrado resultados exitosos como paliativos para enfermedades como el cáncer, el asma y la artritis. Estas terapias han sido empleadas durante siglos en diversas culturas, y su eficacia continúa siendo reconocida.

En la comunidad de La Palca, en el municipio de Poroma, Erasmo Ugarte comparte la misma visión. Este apicultor comprometido ha sido testigo de los beneficios que el propóleo, conocido como "la mach'a" en su idioma ancestral, ha brindado a las comunidades que aún confían en la medicina tradicional. El propóleo se ha convertido en una poderosa herramienta curativa para tratar a los enfermos, especialmente en situaciones en las que la medicina occidental no ha logrado ofrecer soluciones efectivas.

Demetrio Guzmán, otro apicultor destacado de la región, menciona que la miel producida en estas alturas es primero destinada al autoconsumo y luego se comercializa en los mercados de Sucre.

Las alturas de Sonqo Chipa y las comunidades de Poroma son verdaderamente afortunadas por contar con la labor incansable de apicultores como Lucy, Marcos, Erasmo, Demetrio y muchos otros. Su dedicación y profundo conocimiento han permitido la producción de una miel excepcional, así como la exploración de las propiedades curativas de las abejas.