Por Iván Ramos - Periodismo que Cuenta

En la pintoresca plaza de la Recoleta, bajo la majestuosidad de los cerros Sica Sica y Churuquela, la estudiantina más grande de Bolivia se consagró el pasado sábado con una deslumbrante actuación de dos horas, marcando con gran expectación el comienzo del carnaval sucrense. 

Frente a una multitud emocionada, que incluía tanto a locales como a visitantes ávidos de la festividad, más de 300 músicos dotaron de magia al escenario con sus concertinas, mandolinas, guitarras, quenas y charangos, interpretando con destreza los clásicos del carnaval sucrense, desde el encantador "Patito de la laguna" hasta el emocionante "Carnaval Grande".

El repertorio también abarcó las emblemáticas canciones "Trece que trece", "El Illausito", "La Viudita", "Carrito carbonero", "Ya se van los carnavales", "Orgulloso de ser K’arapanza", "Más agua", y diversas interpretaciones que fueron meticulosamente ensayadas durante el último mes.

La amalgama de talentosas estudiantinas como la Municipal, Los Artesanos, La Plata, Tarko, Los Destacados, La Razza, Inédito, Los Bohemios, Los Tutumasos, Los Cascarones, Universo Musical y la Tuna Universitaria, brindó un espectáculo sin igual. Esta actividad, fundamental en el Carnaval de Antaño, ha experimentado una notable revitalización gracias al respaldo municipal y al esfuerzo institucional, recuperando así una tradición impulsada por el periodista Willy Rentería de radio La Plata en el año 2000.

La Estudiantina Más Grande, reconocida como Patrimonio Cultural y Artístico de Sucre en 2016, resplandece en esta celebración. Yuvert Donoso, periodista y responsable de programación de la radio, enfatizó la trascendencia de esta distinción y subrayó la participación de más de medio centenar de agrupaciones en la entrada del carnaval de Antaño de este domingo.

La experiencia culinaria también fue un atractivo destacado, con delicias como el asado de chanco, el sándwich de palta con su toque de locoto, la leche de tigre, el refrescante cóctel de tumbo, la chicha y una abundancia de frutas de la temporada que complementaron la festividad, atrayendo tanto a lugareños como a visitantes en una experiencia única que fusiona la rica tradición musical y gastronómica de Sucre.