RECONOCIMIENTO
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Chef chuquisaqueño es nombrado Embajador Especial de Turismo Gastronómico por las Naciones Unidas

Iván Ramos - Periodismo que Cuenta

Federico Guardia Rück, chef chuquisaqueño e investigador culinario, no pudo contener la emoción cuando recibió la noticia: su dedicación a la cocina boliviana y su pasión por rescatar los sabores ancestrales lo han llevado a ser nombrado Embajador Especial de Turismo Gastronómico por las Naciones Unidas. 

El joven chef, conocido por su meticulosa atención a los detalles, ha transformado ingredientes sencillos en verdaderos emblemas de la identidad culinaria boliviana.

Recuerdo la primera vez que conversé con él. Federico se tomó su tiempo para explicarme, con una calma casi reverencial, cómo el ckocko de pollo, uno de los platos tradicionales de Sucre, representa mucho más que una comida; es una historia, una apropiación de una delicia universal adaptada al paladar boliviano. 

"Es nuestra manera de abrazar al mundo, pero con un sabor propio", decía con una sonrisa suave y apasionada. No solo se enfoca en la preparación, sino en el valor simbólico que cada ingrediente tiene. Me habló del ají chuquisaqueño, ese que potencia los platos con su dulzura, su picante o su semipicante, rescatado del olvido para convertirse en una joya gastronómica.

Su rostro se iluminaba al mencionar cómo, con la pérdida del acceso al mar, Bolivia también perdió ciertos ingredientes que definían su cocina, pero que ese vacío lo llenaron las carnes como el cerdo, el cordero, el conejo, y sobre todo, el pollo. "Hemos aprendido a suplir lo que el mar nos quitó, adaptando nuestras recetas con los sabores de la tierra, las especias y los productos locales que, en mi opinión, son los verdaderos protagonistas de la gastronomía boliviana." 

La Organización Mundial de Turismo, a través de su Secretario General Zurab Pololikashvili, reconoció en Federico no solo a un chef, sino a un embajador cultural, alguien capaz de fusionar lo ancestral con lo contemporáneo. 

Este nombramiento no es solo un reconocimiento personal, sino una oportunidad para que Bolivia brille en los escenarios internacionales, mostrando la riqueza de su gastronomía en cada plato, en cada historia, en cada rincón del país.

El prestigioso restaurante de Federico, "El Solar", ubicado en la esquina de las calles Dalence y Nicolás Ortiz en Sucre, se ha convertido en un templo culinario donde se celebra la esencia de la cocina boliviana. Con cada platillo, Federico nos invita a viajar por los sabores que definen a nuestra tierra, recordándonos que la cocina no es solo un oficio, sino una forma de construir identidad, de contar quiénes somos.

Este nombramiento llega en un momento clave para Bolivia, en pleno marco del Bicentenario, y coloca a Federico en una posición estratégica para promover el turismo gastronómico y la sostenibilidad a nivel mundial. Para él, este reconocimiento es un puente, una plataforma para que la cocina boliviana dialogue con el mundo, llevando consigo no solo los sabores, sino los valores de unidad, paz y desarrollo económico que tanto necesita el país.

Federico Guardia Rück, el joven que convierte ingredientes simples en poesía, ahora tiene la tarea de mostrarle al mundo que en Bolivia, la gastronomía es mucho más que comida. Es un lenguaje común, una historia que aún estamos escribiendo.