ANÁLISIS
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Politóloga desvirtúa que exista preeminencia del voto rural respecto al urbano

Foto ilustrativa / TSE

La supuesta desproporcionalidad del voto rural respecto al voto urbano en el sistema de representación parlamentaria es un mito y carece de fundamento, aseguró la politóloga Luciana Molina Barragán.

En declaraciones a la red Erbol, señaló que el itinerario histórico de los resultados de elecciones nacionales muestra que la distribución de la representación parlamentaria es proporcional a la votación nacional que obtienen los diferentes frentes o partidos políticos.

Molina desvirtuó afirmaciones que circulan en redes sociales y que dan la idea de que una diputación rural se elige con 300 votos mientras que una diputación urbana requiere 300.000 votos y aseguró que “eso es falso”.

“Desde que en 1997 se introduce la diputación uninominal, no se advierte variaciones sustanciales en la correspondencia entre la votación nacional que obtiene un frente o partido y la cantidad de diputados que logra en el Asamblea legislativa”, aclaró.

Según la politóloga, diversos estudios muestran que “No existe la diferencia de la que se habla, hay una normativa por departamento que no permite que la desproporcionalidad sea tal, y los datos muestran que la variación fluctúa entre el 2 y 6%”.

Explicó que para el caso de senadores se aplica el principio de igualdad del voto territorial, “mientras se asigna un número de diputados a cada departamento dependiendo de la población, se asignan cuatro senadores por departamento sin diferenciar la población”.

“Si todo el sistema estuviera basado en la representación proporcional, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, concentrarían el 71% de la representación, y dejando a seis departamentos con el 29% de representación, para corregir esa desproporción se aplica el principio de igualdad a nivel territorial”, señaló.

Molina insistió que “no hay motivos para pensar que hay algo en el sistema electoral para beneficiar a un partido en detrimento de otros” y aseguró que “el sistema electoral es fiable”.

Señaló que “En ninguna parte del mundo existe un sistema electoral perfecto, donde la proporcionalidad electoral sea exacta, en cualquier sistema existe una mayor o menor proporcionalidad, y el sistema boliviano tiene una proporcionalidad bastante precisa, toma como ejemplo al sistema alemán y funciona bastante bien”.

En su opinión en Bolivia no ha fallado el sistema electoral sino “las autoridades de manera sucesiva, el 2017, 2017 y 2019 han gestionado mal los procesos electorales y son responsables de todos los errores”.

Dijo que hay que recuperar la confianza en reglas del juego electorales y aseguró que “las nuevas autoridades del Tribunal Supremo Electoral tienen ese desafío”.