Expertos ponen en duda el futuro del pozo Mayaya y la viabilidad de sus reservas
Dos expertos en hidrocarburos expresaron sus dudas sobre el futuro del pozo Mayaya Centro-X1, ubicado en el norte de La Paz, a raíz de las estimaciones de YPFB que sugieren un potencial de 6 trillones de pies cúbicos de gas (TCF).
Uno de los expertos es Fernando Rodríguez, quien en declaraciones al programa Hagamos Democracia de la Red Erbol, calificó como un "sueño" hablar de esos 6 TCFs. Aclaró que, según él, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, no ha hecho esas afirmaciones, pues el descubrimiento aún no está consolidado. Explicó que, para cuantificar las reservas de gas, se deben perforar al menos tres pozos de desarrollo.
El experto destacó que Mayaya es solo una de varias estructuras en la zona, como Liquimuni, Tacuaral y Tuichi, y que los modestos 4 millones de pies cúbicos en la formación Copacabana Medio, junto a 39 barriles por día, no justifican ninguna inversión significativa.
"Estamos muy lejos de hablar de reservas probadas, probables o posibles", indicó, añadiendo que aunque pueda existir gas en la zona, serían necesarios al menos tres pozos más y un proceso de valorización de los recursos, lo cual tomaría entre 5 y 10 años. También subrayó las dificultades logísticas y económicas, como el acceso complicado y la falta de infraestructura cercana.
En cuanto a las reservas de gas en Bolivia, Rodríguez mencionó que el país no posee el "mar de gas" que se había anunciado, señalando el pozo exploratorio Boyuy X-2 como un claro ejemplo de falsas expectativas. A su juicio, Bolivia posee recursos prospectables en el Subandino Sur, una zona con mayor infraestructura, que podría ser más adecuada para inversiones con menor riesgo. También mencionó que Bolivia necesita encontrar megacampos como Margarita, Huacaya o San Alberto para romper el punto de inflexión en la producción y asegurar un crecimiento de las reservas.
Por su parte, el exministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinacelli, resaltó que Mayaya aún no cumple con las condiciones técnicas y económicas para ser considerada una reserva viable. Aclaró que para poder explotar el gas de Mayaya, sería necesario llevarlo al mercado a través de un ducto de mil kilómetros, lo que implicaría una inversión de hasta mil millones de dólares y el paso por áreas protegidas.
Medinacelli también comentó que, aunque se descubriera gas en Mayaya, la situación no cambiaría sustancialmente, ya que las reservas actuales de Bolivia, que rondan los 4.5 TCF, seguirían siendo insuficientes a corto plazo. Añadió que los pronósticos indican que, para 2030, las condiciones para los hidrocarburos en el país podrían volverse más difíciles.
Destacó la necesidad de revisar la política de hidrocarburos y analizar los efectos negativos de la nacionalización del sector. Sugirió que Bolivia debería reconsiderar su enfoque hacia las empresas extranjeras, especialmente aquellas que fueron nacionalizadas, y crear un marco legal más flexible y estable para atraerlas nuevamente.
Recordó que, para abrir el mercado de Brasil, se invitó a las “empresas top 20” para que operaran las negociaciones, ya que YPFB no estaba en condiciones de asumir esta tarea por sí sola. Añadió que, en la actualidad, la Ley de Hidrocarburos necesita ser más flexible y ofrecer mejores condiciones, así como un marco legal estable, para atraer nuevamente a esas empresas extranjeras.