Durante el acto de egreso de oficiales, el presidente Rodrigo Paz planteó este viernes seis ejes de acción para la Policía Boliviana, que incluyen la meritocracia, la lucha contra la corrupción y la violencia, entre otros.

En primer lugar, Paz afirmó que las nuevas designaciones dentro de la institución estarán guiadas por la meritocracia y la profesionalización.

Aseguró que las autoridades en la Policía fueron elegidas “por sus méritos” y no por criterios políticos. “Una institución fuerte necesita reglas claras”, señaló al pedir que la normativa interna funcione como “brújula moral” en el desempeño policial.

En segundo lugar, el mandatario anunció además una lucha frontal contra la corrupción interna y externa, a la que calificó como uno de los principales factores de desgaste de la institución. 

Advirtió que la Policía “se destruye primero por dentro” cuando se toleran prácticas irregulares, la complicidad o la falta de disciplina entre camaradas.

Como tercer eje, Paz definió a la Policía como una entidad orientada al orden y la prevención, priorizando acciones que eviten la comisión de delitos. 

A esto sumó un cuarto componente: la modernización mediante tecnología e inteligencia policial, con el compromiso de abrir la institución a la cooperación internacional. “Basta de ser una isla”, dijo al pedir romper con visiones ideológicas que limiten el desarrollo institucional.

El quinto eje se refiere al fortalecimiento de la seguridad urbana y rural.

Finalmente, el mandatario incluyó la lucha contra la violencia de género, tema que describió como parte de su convicción personal y necesario para promover “equidad e igualdad”.

Paz también apeló a la dimensión ética del servicio policial. Afirmó que la autoridad no proviene “del arma o del uniforme, sino del ejemplo”, y pidió a los nuevos efectivos actuar con carácter y coherencia incluso “cuando nadie los mira”.

El acto concluyó con un llamado a que la nueva promoción camine “con firmeza, disciplina y honor”, en un contexto que el presidente calificó como “intenso y complejo” para el país, donde —dijo— se requieren instituciones “firmes, maduras y unidas”.