La única ave frugívora nocturna del planeta se encuentra en el Parque Nacional Carrasco
Fuente: Agencia de Noticias Ambientales
A 15 km de Villa Tunari, Cochabamba-Bolivia, al pie de la Serranía de Callejas del Parque Nacional Carrasco, se encuentra el Santuario de Vida Silvestre Cavernas del Repechón en el que habitan más de 2000 Guácharos (Steatornis caripensis), aves nocturnas que se alimentan por la noche con la ayuda de su sentido de eco localización y un poderoso olfato.
Guácharos – guardianes y sembradores del bosque húmedo
Los Guácharos, cuyo nombre significa “el ave que llora”, son una especie única en el planeta, se trata del ave de las cavernas o también llamado pájaro aceitoso debido a que se alimentan con una dieta rica en aceites, cumplen un rol fundamental en la dispersión de semillas de gran tamaño que los convierte en guardianes del bosque húmedo tropical, dispersando semillas de varias especies de palmeras y plantas mayores indispensables para la subsistencia de la flora y biodiversidad del Parque.
Durante cuatro meses desde el inicio de la temporada fría los Guácharos migran y a su retorno anidan y se reproducen, sin embargo, como dato curioso, el pasado 2020, coincidiendo con la pandemia, no efectuaron la tradicional travesía. De acuerdo a datos históricos revelados por el guardaparque Pablo Mamani, este mismo caso se dio anteriormente en el 2002, y actualmente se encuentran en observación para ver si en 2021 migrarán o si es que incluso existe alguna relación de este fenómeno con el tema de la pandemia.
Las singulares aves de la familia Steatornithidae son populares por su capacidad de consumir frutos de hasta cinco centímetros de longitud y efectúan varios viajes por noche para conseguir alimentar a sus polluelos con una dieta alta en nutrientes, razón por la que antes de la creación del área protegida eran cazados y empleados como combustible para mecheros y formaban parte de la gastronomía local, situación por la que se encontraban en peligro de desaparecer.
Gracias a sus largos viajes nocturnos de entre 1.350 a 5.000 km2 los Guácharos garantizan la permanencia y regeneración del bosque en grandes superficies aportando a la conservación del hábitat de especies vulnerables como el Oso Jucumari, el Jaguar y el Gato Andino, entre muchas otras que coexisten en el exuberante trópico cochabambino. Tomando en cuenta la pérdida de bosques de los últimos años debido a incendios forestales y la apertura de la frontera agrícola en el Parque Nacional Carrasco, los Guácharos son también un importante eslabón para garantizar la continuidad de las funciones ecosistémicas del área protegida, aportando sustancialmente a la distribución de agua, producción alimentaria y de oxígeno.
Según declaraciones del guardaparque Edwin Jaimes, se tienen tres cavernas de Guácharos: “La primera, con una cantidad estimada de 800 ejemplares, misma que está abierta para los visitantes, la segunda con mayor presencia de murciélagos y una tercera con más de 1.500 aves nocturnas que se encuentra totalmente restringida con fines de monitoreo y conservación de la especie.”
Como un dato relevante el entrevistado señaló que recientemente se ha encontrado dos nuevas cavernas con presencia de la especie al interior del área protegida, además de haberse identificado pequeños grupos de Guácharos en zonas cercanas al Parque lo cual es un indicador de su crecimiento poblacional
Turismo Responsable en el Parque Nacional Carrasco
Para garantizar la conservación del Santuario de Vida Silvestre Cavernas del Repechón como sitio turístico, su entorno ambiental y sobre todo la población de Guácharos, el Parque Nacional Carrasco está trabajando con el enfoque del turismo responsable, generando acciones de sensibilización y educación ambiental a poblaciones locales, en la recepción y registro de turistas en un centro de interpretación antes de su ingreso al área protegida, en el que se hacen las recomendaciones necesarias a los visitantes para la práctica de un turismo responsable, respetuoso y en armonía con el entorno y el cuidado de las especies.
Entrevistado por ANA, el guardaparque Edwin Jaimes señaló que las medidas estrictas recomendadas a los visitantes incluyen ingresar en grupos reducidos de personas, mantener silencio durante el recorrido para cuidar a las aves, portar linternas de baja potencia, evitar fotografías con flash y finalmente mantener limpio el espacio visitado.
Al respecto, el Responsable de Educación Ambiental y Turismo del Parque Nacional Carrasco, Saúl Cuellar, señaló que “cada grupo de turistas que visita el área protegida cuenta con el acompañamiento permanente de un/a guardaparque durante el recorrido, además de realizarse patrullajes permanentes y controles a apersonas no autorizadas fuera de los horarios establecidos”.
Además, explicó que mediante la implementación de prácticas de turismo responsable en atractivos como el Santuario de Vida Silvestre Cavernas del Repechón constituyen una gran oportunidad para hacer conocer a los visitantes la importancia no solo de Carrasco sino también de todas las áreas protegidas de Bolivia.
Reapertura del destino turístico, Cavernas del Repechón – Guácharos
El destino turístico Cavernas del Repechón ostenta la categoría de Santuario de Vida Silvestre, que es una categoría de manejo cuyo objeto es la protección estricta y permanente de sitios que albergan especies de flora y fauna silvestres endémicas, amenazadas o en peligro de extinguirse, una comunidad natural o un ecosistema singular.
La visita al atractivo Santuario de Vida Silvestre Cavernas del Repechón ofrece dos circuitos turísticos, uno corto y otro largo. Para acceder a estos se pasa primero por un río a través de una oroya o jaula sujetada por dos cables con capacidad para 5 personas máximo, este medio de transporte permite al turista apreciar mucha vegetación y un paisaje incomparable del río que atraviesa.
Como una segunda alternativa de turismo de aventura es posible pasar el río a través de un cable sujetado a una roldana. Por seguridad, esta actividad se hace siempre acompañado por un guía.
Por el primer circuito se realiza una caminata a través de un sendero interpretativo en medio de la selva, con un tiempo de recorrido de 1 hora y media a 2 horas en el cual se visitan 2 cavernas de murciélagos y 1 caverna de Guácharos (pájaro ciego). Por el circuito más largo además de visitar los lugares del circuito corto también se visitan otros lugares con topografías diferentes donde se aprecian diferentes tipos de vegetación. El tiempo de recorrido es de aproximadamente 2 horas y media a 3 en las que se puede apreciar basta biodiversidad local y un paisaje tropical encantador.
Este atractivo contribuye a la oferta turística existente en la región del trópico de Cochabamba, encontrándose en los municipios de Villa Tunari y Shinahota por lo que existe un gran interés en estos municipios para apoyar en su fortalecimiento, tomando en cuenta su gran potencial. Luego de la pandemia y sus respectivas afectaciones a la operación del sitio, recientemente se procedió a su reapertura, contemplando las nuevas medidas de bioseguridad y cuidados para garantizar una visita segura tanto para el turismo interno como para el internacional.
“Si se tratan de visitas de estudiantes o personas que estén con la intención de hacer un trabajo o investigación se puede realizar un descuento para el ingreso con un análisis y autorización previa por parte del Parque, también se tienen temporadas de promoción especial con descuentos significativos para motivar al turismo local”, señaló el entrevistado.
Fortalecimiento del Área Protegida
Acompañamiento de guardaparques al circuito Cavernas del Repechón, fotografía: Saúl Cuellar P.N.C.
La visita al Parque Nacional Carrasco y sus atractivos turísticos como el Santuario de Vida Silvestre Cavernas del Repechón ayudan de manera sustancial a las comunidades locales, los operadores privados y, fundamentalmente, al fortalecimiento del área protegida posibilitando que se realicen de manera continua, mejoras de los circuitos turísticos, la infraestructura, la conservación de las especies de vida silvestre y los ecosistemas.
Artículo producido en el marco del Proyecto “Fortaleciendo las Bases de Sostenibilidad Financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SNAP) para la Consolidación de Procesos de Conservación”, implementado por FUNDESNAP bajo el patrocinio de la Fundación Gordon and Betty Moore.