Mantenernos despiertos

Cómo Mantenernos despiertos en una sociedad con enfermedades como estas:

1.- La frivolidad, que es la ligereza en el planteamiento de los problemas más serios de la vida, la superficialidad que lo invade casi todo.

2.- Recientemente se viene hablando de una «patología de la abundancia». Es un cierto tipo de bienestar fácil, que puede llegar a atrofiar el crecimiento sano de la persona.

3.- La enfermedad de lo MIO. Cada uno se dedica a lo suyo, ignorando a quien no le sirva para su interés o placer inmediato, y luego nos extrañamos de sentirnos terriblemente solos.

4.- La enfermedad de la incitación a la ganancia del dinero fácil. Se educa a los hijos en la insolidaridad y la búsqueda egoísta de su propio interés.

5.- La enfermedad de la depresión. Nos alarmamos ante esa plaga moderna de la depresión y el «estrés », pero seguimos fomentando un estilo de vida agitado, superficial y vacío.

#Manténganse despiertos

En este contexto Jesús nos vuelve a decir: manténgase preparados.

Son palabras que invitan a despertar y a vivir con más lucidez, sin dejarnos arrastrar o modelar pasivamente por cuanto se impone en esta sociedad.

Todos hemos de preguntamos qué es lo que estamos descuidando en nuestra vida. Qué es lo que hemos de cambiar, a qué hemos de dedicar más atención y más tiempo.

El grito de Jesús: manténgase despiertos, Sacúdanse de los sueños, sean lúcidos se hace actual; es vivir vigilantes, despertando de tanta frivolidad y asumiendo la vida de manera más responsable.

Jesús nos invita a mantener despierta la resistencia y la rebeldía. Atrevernos a ser diferentes.

No identificamos con lo inhumano de esta sociedad.

Mantenernos preparados es no ceder a la tristeza, por la irritación o la ira. No DEJARNOS AHOGAR por ese malestar profundo y persistente que podemos sentir en algún momento de la vida.

Mantenernos preparados es no dejarnos invadir por ese vacío interior, por la insatisfacción, por la incapacidad de encontrar algo sólido que llene el deseo de vivir intensamente.

Mantenernos despiertos quiere decir reorientar nuestra vida. Es dejarnos influir por nuestro deseo de vivir algo más grande y menos postizo, algo más digno y menos artificial.

Mantenernos despiertos, ayer y hoy.