Brújula ciudadana frente a la indefensión

Por Ernesto Rude – Politólogo

Luego de semanas de dichos, hechos, contradichos, pugnas, confusiones y bloopers de la élite política y dirigencial social del país, los de a pie se quedan con el mismo resultado de siempre la indefensión y en el caso de las y los compatriotas que residen en el exterior, probablemente queden políticamente indefensos en el ejercicio de su derecho, el voto.

En el caso de los residentes en el territorio nacional la indefensión es mayor, ya que no solo es electoral, es la indefensión ciudadana en la justicia corrompida más aún por el modelo democrático y cultural, es la indefensión social ante la imposición cotidiana de organizaciones sociales, públicas, privadas y políticas de sus intereses y agendas particulares por sobre la agenda ciudadana, la indefensión de las violencias de género en la que mujeres niñas y adolescentes son mercancía comercial con fecha de caducidad y la indefensión económica de la ciudadanía frente a las medidas gubernamentales de tantos años de mala gestión, prebendalismo y clientelismo sindical y empresarial, que han llevado al encarecimiento de todo bien o servicio importado o producido localmente y la falta de oportunidades laborales que reparen en algo esta situación.

La indefensión política de la ciudadanía residente en el país, es la pérdida de la gran ventana de oportunidad bajo una bandera de unidad de la oposición democrática, de deshacernos de un mal público como son los compañeros masistas en gestión pública, por las denuncias internas se ve que tienen mejor madera para ser opositores y fiscalizadores.

Esta ventana de oportunidad se ha visto reducida a una penumbra de única vela, que nos lleva a la elección natural del “mal menor”, es decir lo que encuentre menos dañino entre una de las tantas candidaturas de los ex unidos y cada vez más fraccionados candidatos/as que aseguran que no vienen a dividir el voto.

Los políticos opositores nuevos y tradicionales se olvidan que la unidad planteaba además de un apoyo político significativo de la ciudadanía de áreas urbanas y periurbanas, que son la mayoría electoral en Bolivia, así como las clases medias comerciantes y productoras de áreas rurales desencantadas del MAS, el tema fundamental fue y aún es el control ciudadano del proceso electoral.

La firmeza de controlar socialmente el proceso electoral bajo una bandera de unidad, suponía unificar todas las fuerzas y estructuras de los opositores y sociales bajo un solo objetivo, “acompañar y controlar todo el proceso electoral”, desde la apertura de las mesas electorales hasta el cierre de sobres con las actas hechas públicas a la ciudadanía y ratificar la tendencia del TREP. En el sentido de Rawls de que la legitimidad y legalidad del ganador en el sistema político, tiene una base fundamental en el “reconocimiento social del ganador”, en primera y también en segunda vuelta.

Por ello nos toca como ciudadanía monitorear las listas de las alianzas y partidos políticos, para identificar tránsfugas de las izquierdas a las derechas, viceversa y otros ineptos o delincuentes en los cargos a presidente, vicepresidente, senadoras/es, diputados/as plurinominales y uninominales, sus respectivos/as suplentes, así como personas claramente relacionadas al partido oficialista en sus versiones MAS 1, MAS 2 y MAS 3, y dar el apoyo político a través del voto a la opción más o menos interesada en resolver los problemas comunes de la nación. Si usted le apuesta al mal mayor la tiene fácil.