La directora del Centro de Salud de la comunidad Cachuela Esperanza, Judith Carpio Egüez, apeló este sábado a la solidaridad de sus colegas y al gobierno nacional, porque la gente no tiene atención médica, insumos,  dinero ni alimentos para encarar la pandemia del coronavirus que llegó también a esa población ubicada en el departamento del Beni.

En contacto con Erbol, Carpio dijo que la población tiene aproximadamente unas dos mil personas y cuenta con un Centro de Salud tiene como personal a un chofer, una de limpieza, una enfermera, un técnico de malaria y dos médicos.

De ese personal, el médico fue comisionado a las brigadas Covid-19 fuera de la población y solo quedaron como profesionales en salud, el técnico de malaria, ella y una enfermera, pero estas dos últimas tiene baja por sospechas de coronavirus.

La profesional cumple esas funciones hace tres años pero ya va cinco días que no asiste al Centro de Salud porque fue aislada a su domicilio mientras aguarda que le tomen una prueba.

Estima que la mitad de la población -contando las zonas de influencia de Villa Bella, Santa Teresa y San Francisco - estaría infectada, incluido ella que es madre de un bebé de cinco meses por el cual teme.

Dijo que la población se abastece de lo que viene de Guayaramerín distante a 45 km y como esta ciudad fue encapsulada desde el pasado miércoles por la emergencia sanitaria, el transporte fue restringido y dejó de llegar alimentos y otros insumos.

“La ayuda llega hasta las ciudades y no se acuerdan de las áreas rurales. Las donaciones que llegan se quedan en las áreas urbanas”, manifestó a tiempo de indicar que la última dotación de medicamentos se registró hace tres semanas.

Dijo que la mayor parte de la gente vive de la pesca que no es su temporada y tampoco puede salir a buscar trabajo ni alimentos por las restricciones impuestas. “No hay trabajo, no hay plata, no hay nada”, puntualizó al asegurar que el bono que recibió la gente se terminó casi en forma inmediata.