Sucre celebra el Bicentenario con un festival de teatro de alcance nacional e internacional

Iván Ramos - Periodismo que Cuenta
En una apuesta ambiciosa por celebrar los 200 años de independencia de Bolivia con arte y memoria, Sucre se convierte en el epicentro del teatro nacional con la llegada de la fiesta del Teatro del Bicentenario, una edición especial del reconocido festival paceño que ya cuenta con 26 años de trayectoria.
Bajo la dirección del gestor cultural Bernardo Arancibia Flores, y con el impulso de la Dirección del Bicentenario de la Gobernación de Chuquisaca, esta fiesta escénica reúne a compañías teatrales locales, nacionales e internacionales. “Tenemos artistas de distintas regiones del país y también un par de invitados internacionales, lo que hace del festival una celebración diversa y rica en propuestas”, afirma Arancibia.
Entre los elencos presentes están “El Astillero”, “El Búnker”, “La Cueva”, “Teatro de los Andes”, “Títeres para la Mano”, “El Teatro Grito”, “Carlos Cordero”, “Teatro Apátrida” y el español “Nexoteatro”. Las funciones se desarrollan tanto en escenarios cerrados como en espacios callejeros, abriendo la experiencia a públicos amplios. Además de Sucre, varias funciones llegarán a municipios cercanos, descentralizando el arte y ampliando su impacto.
La cartelera abarca desde puestas históricas que dialogan con el espíritu del Bicentenario, hasta obras dirigidas al público infantil. “El teatro boliviano está en un buen momento, con un nivel muy interesante de creatividad, dramaturgia e interpretación. Hay mucha gente joven que está buscando contar nuevas historias, introducir nuevas narrativas”, asegura el director.
En tiempos donde las plataformas digitales dominan el entretenimiento, Arancibia subraya la vigencia del teatro: “Justamente por eso es necesario. La humanidad necesita esta interacción. El teatro es eso: es cercano, son emociones que están sucediendo ahí, en vivo. Tenemos que recuperar la convivencia cercana”.
Más allá del espectáculo, lo que el teatro deja en el espectador, para él, es invaluable. “Te llevas una experiencia. Te vas feliz, o triste, o cuestionado. Pero te vas con algo que te transforma”.
La invitación está hecha: todas las funciones son gratuitas y los boletos pueden obtenerse en los espacios habilitados por la Gobernación de Chuquisaca, que también difunde el detalle de la programación. La escena está servida, y Sucre se convierte, por estos días, en un gran escenario de celebración, reflexión y arte vivo.