Santiago Kozicki de la Asamblea Pucara: los impactos ambientales del litio han sido irreversibles en el Salar del Hombre Muerto

AGENCIA DE NOTICIAS AMBIENTALES
Santiago Kozicki, abogado de la Asamblea Pucara, advirtió que los impactos ambientales en el Salar del Hombre Muerto de Argentina, tras la extracción del litio, han dejado impactos irreversibles como un río seco y contaminación minera, debido a evaluaciones de impactos ambientales (EIA) realizadas apresuradamente y hasta incompletas por priorizar los intereses empresariales.
El abogado fue parte de los expertos y comentaristas internacionales invitados a la presentación de los documentales cortos y experiencias desde Bolivia, Chile y Argentina en la ciudad de Cochabamba, organizada por el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), Empodérate y la Alianza por los Humedales Altoandinos conversó con ANA sobre las implicaciones de la presencia china en la extracción del litio y otros minerales estratégicos en el país.
En entrevista con ANA, el jurista especializado dijo que el caso boliviano es bastante interesante considerando que recién empieza con la producción de litio, por lo que es necesario tomar en cuenta las evaluaciones de impacto ambiental, los procesos de consulta a las comunidades afectadas de manera previa e informada, que en muchos casos requieren el apoyo de profesionales técnicos que expliquen el impacto de las operaciones a las poblaciones impactadas.
ANA: Argentina lleva más años de experiencia en la extracción del litio que Bolivia, país que podríamos decir todavía está en pañales, experimentando tecnologías, empezando con el carbonato de litio, mientras que Argentina produce litio y exporta grandes volúmenes; es decir figura en el mercado internacional. ¿Qué lecciones les dejó la experiencia del litio del Salar del Hombre Muerto?
S. K: El Salar del Hombre Muerto está en Catamarca en el Norte argentino, en la provincia Catamarca, ahí hay empresas mineras que trabajan desde 1997, la primera que se instaló fue la Empresa Altiplano de capitales estadounidenses y desde 1997 a hoy, que son más de diez empresas de litio las que están trabajando en el Salar del Hombre Muerto con la complejidad y las dificultades del caso. Hay un problema enorme, que no se hacen correctamente las evaluaciones de impacto ambiental. Una experiencia que nos deja el caso Catamarca es que hasta que no se evalúa el impacto ambiental y cuando es más de una empresa y hay un impacto ambiental acumulativo no se tiene que autorizar ninguna obra más porque una vez que se autoriza una obra ya es muy difícil retroceder y se produce un daño ambiental irreversible. En Catamarca tenemos un trágico episodio que a partir de la construcción de un dique por pedido de una empresa minera en los años 2000 que fue autorizado por el gobierno provincial, y a partir de esa obra se secaron más de cinco kilómetros de río, más de 30 hectáreas del río quedan totalmente secas, eso es un daño ambiental irreversible que sigue hasta hoy. En el Salar del Hombre Muerto habita la comunidad Atacameño del Altiplano, Román Guitián es uno de sus representantes (cacique) del cual soy su abogado, en un caso en el que se está discutiendo precisamente de qué manera se aprueban estas explotaciones mineras. Hay un problema de apuros, de hacer las cosas más o menos, se aprueba, después se evalúa. En Argentina la ley dice que las empresas tienen que presentar las evaluaciones de impacto ambientales y el Estado las debe aprobar o rechazar, están prohibidas las aprobaciones condicionadas. ¿Qué sucede en la práctica?, se aprueba de manera condicionada, va la empresa presenta su estudio de impacto ambiental. El Gobierno dice: te lo apruebo, pero en 30 días haces esto, en 60 días haces este otro, en un año lo otro, pero la empresa no cumple y suceden los daños ambientales, por un lado es eso, que hay una cuestión ambiental que se hace a medias, hay un apuro por recibir a las empresas en lugar de decir “este es nuestro territorio veamos de cómo organizarnos”.
Hay problema de comunicación con la gente que habita estas comunidades. Hay un problema con las comunidades indígenas y con la población civil o no se hacen los procesos de consulta o cuando se hacen se lo realiza de un día para el otro o no se envía la información, es decir, la comunidad participa, la población participa, la empresa expone pero si no se puede consultar el material, no tiene tiempo para consultar con un biólogo, un especialista, un hidrólogo, no es una consulta previa, libre e informada, es cumplir una formalidad. Desde la experiencia de Catamarca son cuestiones complejas donde hay gobiernos, empresas, comunidades y muchos seres humanos interactuando. El desafío es tomarse el tiempo para hacer las cosas bien, respetando los derechos de la gente que habita el lugar, tomarse en serio las cuestiones ambientales y no desconocer lo que es la geopolítica de la minería del litio pero no regalar los territorios. Hay contrastes inmensos, es una mezcla de cosas hay un río seco consecuencia de la minería, hay abusos, las empresas dan trabajo, algunos trabajan en mineras pero es un método extorsivo, es un método de necesidad, de explotar a la gente de la comunidad. Por lo menos lo que yo veo, desde el lugar de donde participo, no es que la minería del litio lleve a la gente dignidad, si puede dar trabajo a consecuencia de explotación, de ríos secos, de miedo, de angustia. No es una experiencia recomendable
¿Cómo ve el caso boliviano, particularmente del Salar de Uyuni?
SK: Es muy interesante el caso boliviano porque a diferencia de Argentina y Chile está comenzando, está viendo qué pasa. Se entiende que vivimos en mundo con unas lógicas del dinero, pero no hay que olvidarse lo que está en juego, como la organización del territorio, nuestros bienes comunes, nuestra vida. Entonces un consejo, hay que tomarse el tiempo para hacer las cosas, para evaluar el impacto ambiental, para escuchar a la gente, para ver los intereses de los empresarios, tomarse el tiempo para tomar decisiones y no subestimar el impacto de la minería del litio.