Según investigador, Bolivia no tiene certificadas sus reservas de litio y comprometió $us 1.000 millones en tecnología fallida

AGENCIA DE NOTICIAS AMBIENTALES
A pesar que la estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) firmó contratos con el consorcio Hong Kong CBS de China y Uranium One Group de Rusia, para la extracción directa del litio (EDL), el país no tiene ni una tonelada de litio en reservas certificadas, sólo recursos, y comprometió $us 1.000 millones en una tecnología evaporítica fallida, afirmó el investigador Jorge Campanini del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB).
“Como es un país que no tienen reservas certificadas y que ha planificado en función de recursos y lo que se ha producido es a escala piloto y en comparación con nuestra competencia hemos vendido simbólicamente litio en pequeñas cantidades”, afirmó el especialista durante su exposición en el foro: “La explotación del litio en un contexto de transición energética” organizado entre el CEDIB y la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba.
Campanini observó que Bolivia desarrolló tarde la certificación de recursos, y no así de sus reservas de litio, lo cual dio 23 millones (MM) de toneladas (Tn), de las cuales 21 MM/Tn se encontrarían en el Salar de Uyuni, de los 26 salares del país.
“Y se conoció recién el año 2019 el estudio de una consultora americano-canadiense, después de que ya construimos nuestra primera planta de cloruro de potasio y estaba en construcción la de carbonato de litio a escala industrial, recién hemos conocido cuál era la dimensión del potencial del salar, ni siquiera en términos de reservas, sino de recursos”, cuestionó.
A pesar de la caída en el precio internacional del litio que llegó a 8.000 dólares la Tn, el investigador dijo que cada vez hay más países interesados en el litio boliviano, ya no solo China y Rusia, sino también Australia así como países de Asia y Europa.
“Por eso es urgente entenderlo porque hemos desarrollado como país un proyecto de litio, basado en tecnología evaporítica sin conocer, sin tener idea, sin contar con la información completa, del cuál sería el potencial y las características de nuestro salar y esto ha llevado a hacer un giro, y reconocer que el método que hemos impulsado por muchos años se ha invertido”, subrayó.
En ese marco recordó que el Gobierno comprometió uno de los montos más altos de la historia de la minería nacional de casi 1.000 millones de dólares, de los cuales se ha ejecutado casi la mitad, sin embargo se tuvo que cambiar de paradigma. “Este cambio es fundamental entender los desafíos para comprender los retos y entender cómo Bolivia está encarando y qué riesgos, incertidumbre e inconsistencias tiene actualmente”, apuntó.
Todo esto aconteció según Campanini, en un contexto de alta demanda de minerales críticos, entre los cuales se encuentra el litio, donde en el escenario mundial Chile encabeza a los países con mayores reservas de litio, seguido de Australia, Argentina, China y Estados Unidos. “Brasil si bien no tiene volúmenes considerables bajo comparados con Chile o Argentina ha triplicado sus reservas, al igual que EEUU, sus recursos. Y Bolivia desaparece del mapa cuando hablamos de reservas, no estamos porque no tenemos una tonelada de litio certificada como reserva, solo tenemos recursos”, indicó.
Cambio de tecnología tras el fracaso evaporítico
Tras el reconocimiento del fracaso por parte del Estado al apostar a la tecnología evaporítiva para la extracción del litio, el investigador apuntó que hubo un cambio de paradigma por la EDL y fue el 2021 que YLB lanzó varias convocatorias de las que fueron seleccionadas la china y la rusa.
En 2024 se lanzó otra convocatoria, pero hasta la fecha no se hizo público el proceso, ni la conclusión. “Se publicó solo hasta el tercer paso, cuando son cinco, y no se conoce a las empresas y cuáles son los procesos o cómo se llevará adelante dentro de esta convocatoria”, observó.
La segunda convocatoria según Campanini, despertó el interés de otros países, no solo Rusia y China, sino también Europa, Australia, Irán quieren participar del negocio de la explotación y esto ha derivado que no solo es Uyuni sea el centro de atención, sino también que se abrieron otros salares haciendo un total de 7 de los 26 que tiene Bolivia.
“Hay una normativa que ha generado polígonos alrededor de los salares que cortan derechos políticos indígenas y continuidad (territorial) y eso puede generar conflictividad por el tema de consultas y regalías que es lo que más se discute en Potosí, eso va a generar conflictos porque no tenemos una política clara y contundente de lo que sucede alrededor de los recursos evaporíticos”, señaló.
Contratos que emulan los “costos recuperables” petroleros
Uno de los primeros contratos que firmó YLB fue el 11 de septiembre de 2024 con la empresa rusa Uranium One Group y el segundo con el consorcio chino Hong Kong CBS firmado el 26 de noviembre del mismo año. CBS cuenta con una estructura de empresas inmersas en la fabricación de baterías para autos eléctricos y mineras.
“Se firman los dos contratos y hay unas diferencias sustanciales y complejas que van a mostrar el grado de incertidumbre que vienen adelante en términos de la política de los recursos evaporíticos”, sostuvo.
Con la rusa se ha constitución una asociación accidental, dijo, una forma de empresa, tanto YLB y Uranium ambas actúan independientemente en busca de un objetivo de construir una planta de EDL en una fase uno de pilotaje a 1.000 toneladas, en fase dos que se amplía a 8.000 Tn y la fase tres de módulo semi-industrial de 5.000 Tn que harían las 14.000 Tn.
La fase uno y dos se construirían en 18 meses y se contarán con 12 meses adicionales para la fase tres y además de un contrato de operación y mantenimiento por 20 años adicionales y un derecho preferente de compra, tratando de imitar el modelo hidrocarburífero del pago que se hace de todo, más conocido como “costos recuperables”.
“Tenemos dos tipos de contratos, una asociación accidental con Uranium y otro de servicios con la china para hacer una planta que trate la salmuera residual para producción de 10.000 Tn y puede adicionar otra de extracción directa de litio de 25.000 Tn que podría duplicarse, la diferencia es que se hace un contrato de servicio de 36 años con la China en fase uno y 42 si se quiere avanzar a un nivel dos, otra diferencia es que se paga con litio, en especie”, cuestionó.
Las diferencias de contratos -dijo Campanini- demuestran que la política evaporítica no tiene claridad porque puede haber otras empresas con las cuales se podría firmar otro tipo de asociaciones diferentes o relacionamiento como Estado, ya que no hay contundencia del rol y el horizonte que debería tener YLB como empresa nacional en el control de esta primera fase de concentración de materia prima en carbonato de litio.
“En otros términos de Uranium One se tienen comprometidos 975 millones de dólares en construcción de planta y la Hong Kong compromete 1.030 millones de dólares a ser pagados con litio, tiene unos anexos que están descritos los pasos finos y en el caso de la rusa no es el contrato en sí que se materializa, son cuatro contratos: de transferencia, operación y mantenimiento, venta y de conciliación”, detalló.
Campanini también cuestionó que ambos contratos no cuenten con estudios completos del agua ni los impactos socioambientales requeridos, en un contexto de total flexibilización de las condiciones ambientales para las empresas interesadas por el litio boliviano.