CHUQUISACA
Título: 

Explorando los tesoros ocultos de los alrededores de Sucre

Iván Ramos - Periodismo que Cuenta

Este viaje a través de las rutas de Chataquila, Potolo, Maragua y Quila Quila, es mucho más que un recorrido turístico. Es una inmersión en la memoria de un pueblo que no solo habita su tierra, sino que la vive, la respeta y la cuenta a través de sus tradiciones, leyendas y paisajes.

CHATAQUILA: A LA SOMBRA DE KATARI
Empezamos nuestro recorrido en Chataquila, a 35 km de Sucre, y nos adentramos en la historia que palpita a 3,600 metros de altura. Este sitio nos recibe con su atmósfera solemne, donde se rinde tributo a Tomás Katari, un líder indígena que desafió el yugo colonial y encontró aquí su fin trágico. La capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe transforma a Chataquila en un espacio de profunda espiritualidad, especialmente cada 7 de agosto, cuando peregrinos llegan para rendir homenaje. La caminata de 4.5 km sobre el sendero incaico hacia Chaunaca nos envuelve en un paisaje montañoso, lleno de historia y de la paz de las alturas.

POTOLO: EL ARTE JALQ’A EN CADA HILO
A medida que avanzamos, llegamos a Potolo, un pequeño oasis rodeado de serranías de color rojo intenso. Aquí, las mujeres Jalq’a nos muestran el arte de tejer “aqsus”, tejidos ancestrales en tonos negros y rojos, símbolos de un “ukhu pacha” misterioso y oscuro, lleno de figuras geométricas y criaturas mitológicas. Cada hilo y cada diseño cuentan una historia de la cosmovisión andina, reflejando su vida en contacto con el pasado y con las raíces de su pueblo. Presenciar este trabajo manual es comprender el diálogo entre generaciones y el legado cultural de la región.

MARAGUA E IRUPAMPA: EL VALLE DE LOS GIGANTES
Descendemos al sinclinal de Maragua, un paraje de belleza inusual, donde las rocas coloreadas forman un cuenco natural. A cada paso, la historia del tiempo y las leyendas locales parecen susurrarnos. Aquí, en un cementerio prehispánico, descansan generaciones de antiguos habitantes, mientras que, en las inmediaciones, las huellas de dinosaurios en Niñu Mayu nos transportan a un mundo prehistórico. Los habitantes de Maragua y Irupampa, tejedores y guardianes de este rincón único, nos enseñan sus tradiciones, y, en sus gestos, se percibe la herencia de un territorio que no ha olvidado a sus gigantes.

QUILA QUILA: TIERRA ANCESTRAL Y ESPÍRITU DE LUCHA
Nuestro último destino es Quila Quila, un valle interandino que resuena con la memoria de la Nación Qhara Qhara. Este territorio conserva el santuario de “su abuelo” Tomás Katari, símbolo de resistencia y lucha por los derechos de los pueblos originarios. A medida que avanzamos, se percibe un ambiente casi sagrado, con sus montañas que parecen contar historias de batallas y sacrificios. Quila Quila no es solo un destino; es una marca viva de respeto a la herencia indígena, un recordatorio de las voces que nunca se extinguieron en la historia andina.