Por Iván Ramos - Periodismo que Cuenta

"Ahora mi hija, por fin descansa en paz", exclama Mercedes, la madre de Darla, mientras levanta la vista al cielo con una mezcla de alivio y dolor. La sentencia ha sido pronunciada. Un rayo de justicia ilumina su rostro agotado por la tragedia y el duelo interminable.

"Se hizo justicia", murmura Kassandra, una de sus amigas más cercanas. Dos lágrimas se deslizan por su mejilla, reflejando tanto la tristeza de la pérdida como la satisfacción de haber cerrado un capítulo oscuro y angustiante.

En medio del llanto, Abigail, prima de Darla y ferviente defensora de su memoria, expresa con voz entrecortada: "Siento paz, esperanza y gratitud, también una sensación de vacío, porque esa sentencia no me devolverá a mi prima". Sus palabras resuenan en el tribunal, impregnadas de la desolación y la tenacidad que la han acompañado a lo largo de este proceso.

El Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca ha concluido que Darla fue efectivamente empujada por Marcelo Romero desde la segunda planta de un edificio en la avenida Germán Mendoza. Este acto cruel y premeditado le causó la muerte tras más de dos semanas en terapia intensiva, luchando por su vida en una batalla que no pudo ganar.

El doloroso episodio se remonta a la madrugada del 3 de abril de 2023. La joven, de apenas 24 años, cayó desde el segundo piso de un edificio en la zona de San Matías de Sucre. Su testimonio antes de perder el conocimiento fue claro y contundente: fue empujada por su novio. Estas últimas palabras guiaron a los investigadores en una búsqueda incansable de la verdad.

Marcelo Romero, identificado como el autor del feminicidio, había estado cumpliendo detención preventiva en la cárcel San Roque de Sucre. La sentencia, que ahora le impone la pena máxima, es un hito en la lucha contra la violencia de género en la región, un recordatorio de que la justicia puede prevalecer.