Contrabando de medicamentos, el negocio que juega con la vida de las personas
Desde lo más común, que es una aspirina, pasando por un antigripal o algún antibiótico, para casos más complejos, pueden ser encontrados en el mercado informal. Sin saber su procedencia, llegan vía contrabando y en lugar de tratar alguna afección específica sus efectos pueden ser nocivos para quienes los ingieren.
La dudosa procedencia de los medicamentos adquiridos en el mercado negro sigue presente en el país ocasionando no solo una competencia desleal en la industria farmacéutica legalmente establecida, sino además, por sus precios bajos, al que los internadores son tentados para su compra.
Estos productos están vinculados a los fármacos falsificados o adulterados, los cuales, prácticamente resultan nocivos para quienes los ingieren debido a que no cuentan con las propiedades que deberían tener ni tampoco el registro sanitario respectivo.
Para el presidente de la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol), Javier Lupo, la problemática del contrabando está muy arraigada y que forma parte de la “idiosincrasia” de la sociedad; es una batalla complicada de vencer.
“Partamos de lo más simple que no te haga nada, o que te tomes un medicamento que no tenga el ingrediente activo y tenga cualquier otro producto y no te haga ningún efecto, entonces, no te estás curando; que tenga parcialmente el ingrediente activo, entonces, te estás sub medicando y eso a la larga crea resistencias y tampoco resuelves tu patología”, afirma.
En el peor de los casos estos productos, al desconocerse su composición, pueden ser nocivos y contraindicados para la salud del paciente y puedan causar “mayores enfermedades o incluso la muerte”, alerta el profesional, debido a la falta de control en su elaboración.
Espasmos, dolores abdominales, episodios diarreicos, crónicos y agudos, alteraciones del sistema nervioso y reacciones adversas a ciertos tóxicos que pueden producir daños en el organismo de una persona, son los efectos secundarios que pueden provocar la ingesta de estos productos, según la bioquímica y docente de la cátedra de Farmacología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Tatiana del Pozo Iturri. [ver aquí]
”El hecho de que un medicamento sea manipulado sin una cadena de frío y sin un cuidado en la temperatura, hace que se encuentre expuesto a las altas temperaturas y eso puede generar toxinas en este fármaco. Todo esto puede hacer que el cuerpo tenga reacciones a procesos alérgicos o que conlleve a la muerte de un paciente”, explicó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en un estudio de investigación realizado en 2017, estimó que uno de cada diez productos médicos que se encuentran en circulación en los países de ingresos bajos y medianos es subestándar o está falsificado.
Es decir, que quienes toman medicamentos no aptos para tratar o prevenir la enfermedad, no solo supone una pérdida de dinero para las personas y los sistemas de salud que los adquieren, sino que, además, pueden provocar enfermedades graves o incluso hasta la muerte.
El director Médico del Hospital Arco Iris, Luis Bedregal, ve esta situación como un flagelo y que los medicamentos que se comercialicen fuera de los lugares autorizados como las farmacias legales son 100% dañinos para la salud.
De hecho, reveló que incluso hubo casos de pacientes que llegaron a internarse al nosocomio por el consumo de leches maternizadas –que se utilizan como apoyo a la lactancia materna– de contrabando.
“Hemos tenido varios pacientes con cuadros de gastroenteritis por esas leches, varios incluso internados, hemos tenido pacientes adultos intoxicados por fármacos contra la presión”, añadió a tiempo de lamentar que ocurran esos casos.
El jefe de la Unidad de Obstetricia del Hospital de la Mujer, Daniel Cárdenas, lamenta que continúe esta problemática en el país y la vincula incluso con la automedicación en la cual, se adquiere un determinado medicamento en el mercado informal, sin una receta.
Para el galeno, esto no debería permitirse debido a que es “riesgo alto” al que se expone la ciudadanía. “Si van a vender de forma informal (los medicamentos) por gente empírica, entonces, imagínese los riesgos que puedan exponerse, entonces, no es recomendable (su consumo)”, sostiene.
Bedregal coincide con Cárdenas respecto a que todo medicamento debería ser vendido “sí o sí” en una farmacia con receta médica proporcionada por un profesional médico que cuente con su firma y sello.
De acuerdo con el estudio denominado “El negocio de la Muerte: Comercio informal de medicamentos en Bolivia”, realizado por el economista Gonzalo Mario Vidaurre, el contrabando significaba hasta 2016 que una firma de medicamentos del país, pierde Bs 2 de cada Bs 10 que vende por efecto del contrabando.
Los mercados populares como La Tablada, en La Paz; la calle Tiwanaku, El Alto; o La Ramada, en Santa Cruz; son algunos lugares donde hace algunos años fueron detectados comercializando medicamentos de contrabando y falsificados. Una red asentada en Desaguadero, Perú, fue la encargada de la fabricación de los productos ilícitos.
Durante la crisis sanitaria ante el COVID-19, la venta de ciertos medicamentos para tratar las complicaciones de los pacientes fue notoria ante la escasez que atravesaban las farmacias en todo el país. En ese entonces, el comercio se trasladó a las redes sociales las cuales se inundaron de productos que eran adquiridos por urgencia a pesar de los precios elevados.
“Esto se ha visto mucho en la pandemia por la falta de fármacos específicos para terapias, etcétera; ha habido mucho tráfico de medicamentos que han ingresado por rutas no correctas, no adecuadas”, recuerda la directora del Hospital Arco Iris, Yael Cazón.
El panorama no ha cambiado mucho en la actualidad y en el mercado informal todavía se comercializan medicamentos de forma libre. El ingresar a estos establecimientos supone una inmediata, sin hacer demasiadas preguntas, porque los vendedores son bastante reacios a proporcionar mayor información acerca del origen del producto.
El contrabando de estos productos mueve al menos $us 20 millones al año, de acuerdo con estimaciones del Presidente de Cifabol, quien lamenta que esta problemática afecte a la industria, en lo económico, y a la población en general en su salud.
Las fronteras de Bolivia, principalmente la de Desaguadero, en Perú; en Yacuiba, Bermejo y Villazón, en Argentina, o por las de Brasil, son los lugares “más propensos” donde ingresan los medicamentos de contrabando, informó el viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Daniel Vargas.
Una de las características del contrabando de medicamentos es mediante pequeñas cantidades utilizando maletas de viaje o empaques que vienen como si fueran encomiendas. Este tipo de tráfico se da principalmente en las zonas de terminales aeroportuarias que hay en el país.
A pesar de los controles, quienes se encargan de traer estos productos ilegales crean nuevas formas para no ser detectados por los militares, personal aduanero y policías en las diferentes trancas, todo esto se realiza para que el negocio no pare.
“Se logró detectar en algunos casos, maletas con medicamentos, también vehículos que en su momento son con doble fondo que estarían tratando de burlar la vigilancia y el control de las Fuerzas Armadas, como también de la Aduana Nacional”, recordó Vargas.
El trabajo conjunto que realiza la institución del orden, el Comando Estratégico Operacional de Luca Contra el Contrabando (CEO-LCC), con el Ministerio de Salud y Deporte y la Aduana Nacional de Bolivia continúan, aunque no es una tarea fácil.
“Es muy complejo que hay que resolverlo, no solamente con el trabajo operativo sino también con el trabajo de investigación e inteligencia”, afirmó el inspector general de la Policía, general Ricardo Pérez.
Fruto de los operativos para combatir este flagelo, durante los cinco primeros meses de este año fueron incautados 290 kilos de productos farmacéuticos que hacen un total de Bs 329.715, según el Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando con base en datos de la Aduana Nacional.
La falta de escáners especiales poder detectar la presencia de medicamentos que son transportados en compartimientos secretos u ocultos o a través de diferentes empaques es una de las principales necesidades que se requieren, añade Vargas.
El presidente de Cifabol instó a que, además de las autoridades competentes en el tema del contrabando, las gobernaciones y municipios también deben estar inmersos y sumarse a estos esfuerzos.
“El trabajo debe ser de todos, del ciudadano de a pie y de las instituciones rectoras, es toda una cadena”, complementa la directora del Hospital Arco Iris.
El reforzar los controles y la concientización de quienes los compran, informar en los centros de salud y en la formación de los profesionales en salud podría ayudar a que frene el comercio ilegal y así se pueda evitar que las personas puedan terminar en el hospital.
//Por: Ángel Guarachi Coyo