La Cancillería boliviana informó que la ministra Karen Longaric está dispuesta a reunirse con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, para resolver el impasse diplomático entre ambos países, sin embargo, desde el Gobierno de México se condicionó esa opción a que primero Bolivia levante el despliegue que considera excesivo de elementos de seguridad de su embajada y residencia en La Paz.

Bolivia y México se encuentran en un punto tenso de su relación diplomática, después de que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció que llevará a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia con la finalidad de evitar una eventual intervención a su embajada y residencia oficial, donde están asilados nueve exautoridades del Gobierno del MAS, entre ellos Juan Ramón Quintana.

El diálogo fue planteado públicamente por el vicecanciller mexicano para América Latina, Maximiliano Reyes, quien propuso a Longaric reunirse en un país intermedio en el plano geográfico.

Mediante Twitter, la Cancillería boliviana saludó la iniciativa de Reyes en sentido de volver a priorizar la diplomacia y anunció que Longaric está dispuesta a dialogar, pero con Marcelo Ebrard.

Sin embargo, posteriormente el vicecanciller mexicano aclaró que un diálogo entre Longaric y Ebrard dependería de que Bolivia levante el “asedio” a su delegación diplomática.

"No hay posibilidades de un diálogo entre ellos hasta que no retiren el excesivo despliegue policiaco y militar que nos asedia", indicó el funcionario mexicano en entrevista con W Radio, citado por El Universal.

Reyes admitió que la Embajada de México en Bolivia fue la que solicitó una mayor seguridad para su sede, debido a las manifestaciones, pero considera que el despliegue es “excesivo”.

"Cada que nuestra embajadora sale a sus gestiones diplomáticas, incluso a la propia cancillería de Bolivia o para comprar víveres, le ponen escoltas la siguen y la graban”, sostuvo el Vicecanciller, cuyo grado formal es de Subsecretario para América Latina.