El arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti aboga para que la fe en el Señor libere a la sociedad de la ceguera y las ataduras y afiance la fortaleza de la vida cristiana para dar testimonio del Señor en todos los ámbitos y momentos de nuestra vida.

Pide que la sociedad salga del encierro egoísta de sus intereses para que no se pase de largo ante el sufrimiento de tantos hermanos tirados al borde de la sociedad.

“Jesús nos llama a anunciar que él ha Resucitado, que está aquí, que no nos abandona y comparte nuestros dolores”, dijo en su homilía dominical en Santa Cruz donde celebró el Domingo Mundial de las Misiones.

Sostuvo que el evangelio de hoy nos presenta a Jesús que se solidariza y tiene misericordia de un pobre ciego y de muchas personas excluidas por la enfermedad, la pobreza y otras situaciones sufren el abandono y la marginación.

Dijo que es necesario poner, sin medias tintas, nuestra fe en el Señor, que necesitamos encontrarnos con él para que nos libere de nuestras cegueras y ataduras.

Indicó que el papa Francisco invita a “hacernos cargo” y dar a conocer aquello que tenemos en el corazón. Esta misión es y ha sido siempre la identidad de la Iglesia: “Ella existe para evangelizar”, comentó.

La vocación a la misión no es algo del pasado o un recuerdo romántico de otros tiempos. Hoy, Jesús necesita corazones que sean capaces de vivir su vocación como una verdadera historia de amor, que les haga salir a las periferias del mundo y convertirse en mensajeros e instrumentos de compasión, manifestó.