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Paro indefinido en Concretec: ocho días de protesta por salarios atrasados

Por Iván Ramos - Periodismo que Cuenta

En un escenario de creciente tensión y descontento, los trabajadores de Concretec, subsidiaria de Fancesa, han decidido paralizar sus actividades de manera indefinida. Hoy cumplen ocho días en protesta por la falta de pago de salarios, que ya suma casi diez meses. Así lo denunció Javier Taborga, dirigente de los trabajadores, quien enfatizó la desesperación y la precariedad en la que se encuentran los empleados.

"Estamos hablando de casi un año sin recibir nuestros sueldos. Es una situación insostenible", declaró Taborga, visiblemente afectado por la situación. La protesta no solo responde a la falta de pago, sino también a las promesas incumplidas y a la falta de respuestas de los directores de la empresa.

Concretec, con alrededor de 500 empleados, enfrenta una compleja situación financiera, agravada por deudas impagas de varios municipios, siendo Santa Cruz el principal deudor. "Santa Cruz es el que más nos debe y no hay indicios de que quieran pagar", describió la gerente Jaqueline Barrientos, señalando la falta de voluntad de las autoridades cruceñas para solucionar el problema.

A la par del paro, se han iniciado demandas laborales judiciales por parte de unos 80 trabajadores, quienes buscan obtener el pago de sus salarios y condiciones laborales justas, informó el director de la empresa José Antonio Lambertín. 

"La cantidad de trabajadores es excesiva en comparación con las necesidades reales de la empresa, lo que solo añade más presión a una situación ya de por sí complicada", comentó la gerente.

La paralización de actividades en Concretec no solo afecta a los empleados, sino también a las obras y proyectos que dependen de la empresa para su concreción. 

Los trabajadores esperan que esta medida de presión obligue a las autoridades y a la empresa a buscar una solución inmediata, que les permita volver a sus labores con la seguridad de que sus derechos laborales serán respetados.

Mientras tanto, la incertidumbre y el descontento crecen entre los trabajadores, quienes siguen esperando una respuesta que ponga fin a meses de angustia y dificultades económicas.