OEA afirma que sin duda hubo fraude y, con peritos, expone la manipulación informática y de actas
“No queda duda que lo ocurrido en Bolivia el 20 de octubre debe ser calificado de fraude electoral”. Esa fue la conclusión que expresó el secretario general de la OEA, Luis Almagro, durante la presentación de los resultados de la auditoría, ante el Consejo Permanente del organismo.
Almagro hizo la presentación de los resultados el trabajo de auditoría, junto al director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la OEA, Gerardo de Icaza, además de peritos en informática y caligrafía.
El uruguayo señaló que lo ocurrido en Bolivia se ajusta a la definición de fraude que consiste, en “maniobras engañosas, manipulaciones o acciones ilícitas perpetradas con el objeto de alterar el resultado de una elección”.
Indicó que el fraude se ejecutó en dos niveles, en primer lugar en las mesas mediante la alteración y manipulación de actas a favor de un único candidato y, en segundo, lugar a nivel informático mediante el redireccionamiento de flujo de datos en servidores ocultos y no controlados haciendo posible la manipulación de datos y la suplantación de actas.
“Los hallazgos del equipo auditor no refieren a errores o meras irregularidades, son acciones deliberadas con una clara intención de violentar la voluntad popular expresada en las urnas”, aseveró.
Recordó que el propio expresidente Evo Morales, ahora crítico de la OEA, fue quien solicitó a esta organización que auditara las elecciones con resultado vinculante.
A su turno, De Caza señaló que la paralización del sistema TREP desde la noche de las elecciones hasta el día siguiente, “no fue un accidente ni una decisión basada en fundamentos técnicos, fue simplemente una decisión arbitraria cuyo propósito incluyó la manipulación de la estructura informática”.
Aclaró que el sistema TREP también afectó al cómputo oficial, porque imágenes del primero se usaron en el segundo.
El funcionario señaló que se ha revelado que, de manera deliberada, se construyó “una estructura informática oculta con capacidad de modificar los resultados electorales”.
Afirmó que “una victoria en primera ronda del entonces presidente Evo Morales fue posible únicamente por un aumento masivo en los votos a final del conteo”. Precisó que en el último 5% del conteo se registró comportamientos anormales del flujo de datos, que no coincidían con cifras referentes.
En ese 5% último del conteo se tuvieron observaciones, tanto en discrepancia de número de votos y votantes, como en cambios de asignación de valores de votos a las distintas opciones políticas, en un 56% de las actas, cuando lo común era 37%.
También hizo referencia, que se sometió a análisis pericial las actas observadas y se encontraron graves irregularidades, como casos en los cuales se verificó que todas las actas de un mismo centro de votación habían sido completadas por la misma persona.
A nivel informático
La exposición de la parte informática estuvo a cargo del perito Héctor Hernández.
Indicó que, de acuerdo con todas las entrevistas que hicieron, no existió causa alguna de tipo técnico que justificara la detención del TREP, y que esa paralización “obedecía a una decisión de carácter político de la Sala Plena y de un asesor”.
En ese contexto, ya se detectó un primer servidor ajeno a la estructura del TREP, y se verificó que el mismo contaba con bases de datos, versiones de la aplicación electoral, que se ejecutaba y atendía peticiones web.
Señaló que este servidor era inseguro, pues funcionaba sin control de la auditoría que estaba a cargo de la empresa Ethical Hacking, y además permitía alterar datos de la elección en un entorno oculto.
El perito indicó que incluso en un reporte del mismo día de las elecciones de la empresa proveedora del software (Neotec) se había ocultado que había dicho servidor.
Por otra parte, indicó que se detectó “una nueva manipulación dolosa” el 21 de octubre, antes de reiniciar el TREP, puesto que se redireccionó el flujo de datos hacia un segundo servidor oculto, que también podía modificar resultados.
“Esta es una acción premeditada que expone la intencionalidad de manipular la infraestructura informática, evadiendo los controles de la empresa auditora y eso porque para redireccionar esto debieron redireccionar 350 computadoras que estaban en el Sereci, es decir, no fue accidente, no fue casualidad, fue premeditado”, indicó.
Dijo que tampoco se respetó lo que dicen las buenas prácticas. Indicó que se modificó la base de datos por parte de la empresa encargada del software, sin el personal del OEP y Ethical Hacking.
“Debo agregar que como le sucedería a cualquier otro colega que ejerce la docencia: validar un proceso en estas condiciones me impediría pararme luego frente a mis alumnos y hablarle de buenas prácticas e integridad electoral”, manifestó.
El perito concluyó que “la detención por razones políticas, entre las maniobras dolosas detectadas, la manipulación de la infraestructura informática, el ocultamiento de los servidores y la omisión de información trascendental en los informes recibidos, así como el ocultamiento de información al equipo auditor de la OEA desde nuestra llegada, no fueron circunstanciales, no son accidentales y deben ser investigados por la justicia”.
Caligrafía
El perito Federico Gaudino fue el encargado de dar el informe de la revisión caligráfica en actas.
Explicó que de las más de 34 mil actas, se tomó en cuenta 4.692 en formato digital para su pericia, encontrándose “diversas adulteraciones, falsificaciones y manipulaciones”.
Esas irregularidades de la muestra alcanzaron a 87 centros de votación y al menos 47 municipios. Se detectó que en un mismo recinto había dos o más actas que fueron llenadas por la misma persona.
Como ejemplo mencionó que siete de ocho meses de la escuela Sucre en Cochabamba fueron llenadas con el mismo puño, con resultado de 100% de votación para el MAS, sin votos en blanco no fiscalización de otros partidos.
En total se encontró 226 actas con ese tipo de irregularidades, pero se aclaró que sólo se analizó el 13,5% del total de actas, y que la cantidad de anomalías seguramente subirían si se revisará todas las actas.
En esa muestra de irregularidades se afecta a 38.001 votos válidos de los cuales el MAS obtuvo el 91% de los votos de la totalidad.
Se buscó las actas en formato papel y se encontró más irregularidades.
“Se advirtió casos en que las firmas de los jurados en el acta original no se corresponden con las firmas que se presentan en las copias químicas”, indicó.
De ese hallazgo, explicó Gaudino, se puede afirmar que las firmas insertas en el acta original fueron ejecutadas sin copias químicas debajo o que las firmas se realizaron en momentos escriturales distintos y también que los jurados firmaron en dos actas electorales.
Asimismo se encontró firmas falsificadas al contrastar las actas originales con las firmas atribuidas a los mismos jurados en las hojas de trabajo. Mostró imágenes para sustentar sus dichos.