BOLIVIA NECESITA PLANES RAZONABLES
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Gualberti sobre época electoral: “los últimos serán los primeros”

Monseñor Sergio Gualberti, Arzobispo de la ciudad de Santa Cruz. Foto/captura de pantalla

El arzobispo de Santa Cruz monseñor Sergio Gualberti hizo un repaso del actual ambiente electoral y dijo que en este tiempo de campaña resuena muy oportuna  la afirmación categórica de Jesús: “los últimos serán los primeros”, recordando además que el país no necesita un ambiente encrispado sino programas razonables.

Durante su homilía dominical, el prelado llamó a los candidatos a trabajar en la viña de nuestro país, con espíritu de servicio y desprendimiento, priorizando el bien común, la unidad y la salvaguarda de la democracia, dejando a un lado los afanes de poder, los arribismos y los intereses personales o de grupo.

“Nuestro país no necesita un ambiente crispado, amenazas, ataques personales, confrontaciones y promesas ilusorias, necesita programas realizables y evaluables que garanticen a todos el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda y al trabajo estable para todos, en particular a los pobres”, indicó.

Remarcó también que Bolivia  necesita restablecer la institucionalidad y la administración de la justicia ecuánime y libre de toda presión, luchar con firmeza en contra del narcotráfico, el contrabando y la corrupción y tomar iniciativas que fomenten el diálogo y la reconciliación, a fin de que podamos mirar con esperanza a un porvenir de armonía y paz duraderas.

Pidió dar testimonio cambiando nuestros criterios, juicios y actitudes, a veces mezquinos y crueles e, imitando a Jesús, asumiendo pensamientos y actitudes de misericordia y perdón hacia los hermanos. Lo que sobresale en la enseñanza del Evangelio de hoy, no es solo la recompensa, sino especialmente la llamada de Dios a todos y a toda hora, sin condiciones ni distinciones, indicó.

Dijo que Jesús esta mañana repite para nosotros su llamado: “Vayan también ustedes en mi viña”. Exhortó a los católicos a responder con apertura y entusiasmo, sin ser desconfiados ni mezquinos, pensando que, de todos modos, la recompensa es la misma. “Sería un grave error no buscar a Dios mientras se deja encontrar, postergar la conversión y ocultar los talentos que él nos ha dado y no ponerlos al servicio de la instauración del Reino de Dios”, indicó.