EN EL ALTO
Título: 

Gobierno inicia entrega de equipos e insumos médicos a regiones para enfrentar la cuarta ola del Covid-19

Acto de entrega de medicamentos a El Alto. Foto/FB Min.Salud

El ministro de Salud Jeyson Auza inició este sábado en la ciudad de El Alto la entrega de medicamentos, insumos y equipamiento médico para enfrentar la cuarta ola en los nueve departamentos, con una inversión de 316 millones 578 mil bolivianos, en el marco de un plan integral para la contención de la pandemia.

Auza encabezó la entrega de estos equipos durante un acto realizado en la zona de Senkata, donde la autoridad aseguró que este plan prevé el diagnóstico, vacunación y control de la pandemia.

Remarcó que, ante la posibilidad de nuevas variantes, a partir del lunes retornará la vacunación de la tercera dosis para las personas que ya antes recibieron la vacuna y que han permitido bajar la tasa de letalidad de 6.2 a 2.7 en la segunda ola.

Anunció que a partir de la próxima semana se va a entrega los mismos equipos insumos a cada uno de los departamentos, sin ver el color político de la autoridad departamental, en virtud a un mandato del presidente Luis Arce de no politizar el servicio de salud.

El ministro advirtió que la pandemia no ha concluido, que el virus no ha desaparecido, por lo que exhortó a la población a no bajar la guardia, manteniendo las medidas de bioseguridad y acudiendo   a los centros de vacunación.

Recordó que muchas personas hoy se encuentran en las unidades de terapia intensiva porque no se vacunaron antes.

Garantizó también la entrega de equipos de bioseguridad para los profesionales médicos de manera que el país está preparado para la cuarta ola, en base a los grandes esfuerzos que hace el presidente Arce a través del Ministerio de Salud, para que Bolivia no esté en las condiciones de luto que dejó el gobierno anterior.

Lamentó que exautoridades o “viceministros fallidos” que tuvieron la posibilidad de enfrentar la pandemia, hoy salgan a criticar el trabajo del gobierno sin considerar que la actual coyuntura es totalmente distinta a la primera ola, cuando el gobierno de facto solo encerró a la población boliviana.