Pese a la crisis de combustible y dólares que atraviesa Bolivia, la Central Obrera Boliviana (COB) dio un espaldarazo al Gobierno y le pidió al presidente Luis Arce que ejerza sus medidas de control con mayor dureza y agresividad, porque considera que existe sabotaje económico tanto interno como externo.

“Hay plata en bolivianos, lo que nos falta es dólares, divisas. Y eso hace de que hoy exijamos a nuestro gobierno, a nuestro presidente, ser más duros con todas las medidas que se ha dado hasta ahora, con las últimas 10 medidas. Más duros y más agresivos, más control en todo”, dijo el ejecutivo de la COB, Juan Carlos Huarachi.

Recalcó que sólo con sanciones se pondrán en funcionamiento las medidas y se cuidará la economía.    

El dirigente reconoció que se viven momentos difíciles y comparó la situación con los años ochenta y noventa, pero denunció que existe sabotaje interno con la especulación en precios e incluso internacional de parte de quienes tienen interés en los recursos naturales.

Huarachi reivindicó anterior propuesta de controlar las divisas. “Hay algunos malos empresarios se les ha otorgado medidas favorables de exportación bajo la subvención, pero lamentablemente, ¿habrá retornado esas divisas al país? no retornó”, cuestionó.

Resaltó que el Gobierno no hizo faltar el salario para el sector salud, magisterio la Policía, Fuerzas Armadas y las empresas públicas productivas.

También hizo un llamado a la Asamblea Legislativa para que aprueben los créditos pendientes, porque eso de alguna manera alivianará la “estrangulación de divisas norteamericanas”.

¿Cuál es el rol de la COB?

Sobre los cuestionamientos a la inacción de la COB ante la crisis, Huarachi explicó que la Central Obrera es parte de la “reconstrucción económica y productiva del país” y de las políticas que ha implementado el Gobierno con una visión de industrialización.

Huarachi consideró que, desde la oposición, se ha “quemado” la imagen del presidente y del Gobierno, para que no vuelvan nunca más, pero aseguró que la COB no permitirá que vuelva la derecha ni las privatizaciones