La familia del expresidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos del Beni (APDH-Beni) Juan Acosta Callaú, elevó este martes una queja pública por la pésima atención que recibió  su padre en el Centro Centinela de Trinidad, donde a la falta de equipos de ventilación artificial para casos de coronavirus, el hijo tuvo que asistirlo dándole una respiración  “boca a boca”.

“Estoy desesperado, mi familia ya está sintiendo los síntomas. Cuando estuve en el hospital le di respiración boca a boca. Yo lo metí a la bolsa, no hay personal porque el personal del hospital se está enfermando, se está muriendo. Yo lo metí a la bolsa; en la morgue lo tuve que meterlo al cajón, lo tuve que llevar al lugar aislado donde van y lo votan (a los cadáveres)”, declaró el hijo mayor Mario Acosta en un video difundido en las redes sociales.

Explicó que en medio del esfuerzo por reanimarlo fue desalojado por el personal  médico pero ante la falta de respiradores hicieron el mismo ejercicio de presionar sobre el tórax.  Acosta fue internado de emergencia el 14 de mayo y falleció cuatro días después en su domicilio particular debido a una muerte cerebral seguido de un paro cardíaco.

Indicó que su padre murió teniendo una ficha médica para someterse a una prueba que nunca fue practicada incluso de fallecido. El activista por los derechos humanos era visitado por los familiares, entre ellos su hermano Juan Costa para hacer seguimiento de las atenciones médicas.

El hijo aseguró que ahora dos miembros de su familia, entre ellos su esposa y su tío Juan, comenzaron a reportar síntomas del coronavirus. Dijo que en su nerviosismo, la mañana de este martes acudió a la posta pidiendo ser atendido, pero fue interrogado si tenía tos o fiebre y ante las respuestas negativas, retornó a su casa con el encargo de llevar sólo a las personas que tienen síntomas del coronavirus. 

A través de un audio, el otro hermano de la víctima, Carmelo Acosta, denunció que cuando su familiar fue internado al exhospital de Cossmil que oficia de Centro Centinela para la lucha contra el coronavirus, jamás personal del Sedes acudió a tomarle la prueba y ante la falta de atención médica fue llevado al domicilio de la familia donde un médico particular lo atendió.

Ratificó que actualmente “hay un terrible peligro de contagio de la familia”  que acompañó a Juan Acostas hasta los últimos días de su muerte y lamentó que el personal de Sedes no alcance a atenderlos. 

René Ibáñez, uno de los cercanos amigos de la familia, relató que el drama familiar es evidente, así como también la falta de atención urgente y anunció que si en las próximas horas no son atendidos, varios familiares instalarían una huelga de hambre en puertas del Servicio Departamental de Salud hasta que sean atendidos.