Durante su intervención en la IV Cumbre Jefes de Estados partes de la Amazonía, en Belém, Brasil, el presidente Luis Arce  planteó siete líneas de acción para la preservación y protección de la Amazonía frente a las diversas amenazas que amenazan al ecosistema y a los pueblos indígenas.

La primera consiste en fortalecer la institucionalidad de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), para mejorar la cooperación regional como organismo de gestión soberana de los territorios de la Amazonía.

El segundo lineamiento consiste en demandar el financiamiento no reembolsable y directo; tecnologías innovadoras con liberación de patentes; desarrollo de capacidades, que garanticen el desarrollo de la región amazónica y de sus pueblos que lo habitan.

Como tercera propuesta es la participación “activamente” en los mecanismos de integración regional como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) para “articular esfuerzos con los objetivos de desarrollar investigación científica e innovación tecnológica para preservar nuestra amazonía”.

La cuarta línea se centra en encaminar alternativas de desarrollo sustentable de la Amazonía, del bosque, de sus sistemas de vida y de los pueblos indígenas.

“La participación activa de nuestros pueblos contribuye a generar propuestas y políticas basadas en las verdaderas necesidades de una población que vive en la Amazonía pero que tiene derecho a servicios sociales servicios básicos y otros”, añade.

La quinta consiste en promover una integración regional para enfrentar los desafíos críticos de la Amazonía que requieren de acciones integrales y coordinadas a nivel nacional e internacional de políticas nacionales, las cuales, deben pasar a políticas regionales.

La sexta es evitar cualquier forma de militarización extranjera o injerencia de las Organizaciones no gubernamentales (ONGs) con objetivos distintos a los que tienen los países de la región que tienen participación en la Amazonía.

La última es la construcción de una agenda subregional para enfrentar la minería ilegal, el narcotráfico y el crimen organizado. Según dijo, esos temas dejaron de ser meramente policiales sino que son “profundamente políticos y económicos por su impacto multidimensional en el medio ambiente y el propio ser humano”.

Arce recordó que la Amazonía es un patrimonio invaluable, no solo para los ocho países, sino para la humanidad en su conjunto, en ese sentido dijo que responsabilidad de todo protegerla y preservarla ante cualquier tipo de amenza.

“Es nuestra responsabilidad su conservación que implica el compromiso de los gobiernos de la sociedad civil organizada de las comunidades locales y de la comunidad internacional para trabajar juntos en la protección de este invaluable patrimonio natural para las generaciones presentes y futuras”, añadió durante su intervención. //agc