La situación es más crítica de lo que aparenta, aseguró el politólogo José Orlando Peralta y se pronunció por reprogramar la fecha de las elecciones por una cuestión de “sentido común”.

En contacto con Erbol, desde la ciudad de Santa Cruz, dijo que los medios de comunicación no han logrado reflejar la magnitud de la situación que se vive en ese departamento, “es desesperante y angustiante, otra cosa es estar aquí, hay gente que no reporta el contagio, se automedica, se muere y se entierra en cementerios clandestinos”.

Ante ese panorama, insistió que es necesario escuchar las voces que están reclamando la postergación de los comicios, “obviamente todos quieren votar, pero es también democrático pedir que no haya elecciones en medio del pico más alto de la pandemia”.

Peralta que integra la Ruta de la Democracia, una coalición institucional que promueve la participación ciudadana y la transparencia electoral, señaló que es necesario “dar certidumbre a la población” pero no sólo en el plano político sino también en lo económico y social.

Por ello, dijo que es necesario garantizar la mayor participación ciudadana para afirmar la legitimidad del nuevo gobierno que salga de las urnas, que tendrá desafíos de gran magnitud en el oren social, económico y político.

Señaló que, para resolver las discrepancias respecto a la realización o no de los comicios, es necesario confiar en la institucionalidad del Ministerio de Salud y del Comité Científico que lo asesora para “tener definir una nueva fecha de elecciones en base a las proyecciones de la pandemia. Tiene que primar la racionalidad”.

El analista dijo que además de proteger la salud de la población, la postergación de las elecciones permitirá mejorar las condiciones para cumplir todas las fases del proceso electoral que no se limita al día de la votación.

Por ejemplo, puntualizó, hay un tiempo de campaña electoral que “con el actual nivel de contagios con seguridad planteará muchos problemas, “no será posible el método cara a cara o casa por casa por el distanciamiento social, no será posible promover concentraciones y actos masivos, no sería responsable hacerlo y los partidos y candidatos tendrían que asumir las consecuencias en caso de transgredir esa limitación”. 

Sin embargo, insistió que será improbable controlar todo el despliegue de las candidaturas, coaliciones y partidos porque “hay regiones donde no hay control policial y es altamente previsible que se transgreda la norma y se eleve el riesgo de contagio”.

Advirtió que tendrán que “reinventarse maneras de hacer campaña” y en su opinión los candidatos a senadores y diputados, especialmente los uninominales, tendrá que jugar un rol más activo “porque deben desplegarse en sus territorios”.  

En su opinión estas elecciones estarán marcadas por un “proselitismo atípico, que exigirá mucha creatividad” y dadas las restricciones de la pandemia “con seguridad será una campaña por redes sociales” que según su pronóstico estará marcada por una dinámica de guerra sucia y noticias falsas.

En esas condiciones, dijo, se verá seriamente afectado el derecho al voto informado, “uno de los derechos básicos de la democracia” aunque reconoció que el acceso a la información para decidir por quién votar ,“es lo ideal, pero no se cumple en la práctica”.