EN LA VISITA A BOLIVIA
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‘Prácticamente se fue la enfermedad’: Rilver Aramayo recibió la bendición de Francisco y asegura que hizo un milagro

Rilver, cuando era niño, cuando recibió la bendición del Papa.

Rilver Aramayo no duda en que el Papa Francisco le hizo un milagro. Cuando era niño, recibió la bendición del pontífice, durante su visita a Bolivia, y semanas después recibió la noticia de que estaba libre de cáncer. El ahora joven bachiller agradece a Dios y al Papa por haberse curado y de cuidarlo a él y su familia.

Rilver tenía 10 años cuando Francisco llegó a Bolivia el 8 de julio de 2015 al Aeropuerto de El Alto. El niño pudo escabullirse para acercarse al Papa y recibir la bendición en su pierna, que meses antes había sido amputada debido al cáncer de hueso que sufría.

Emocionado, el joven relató esa experiencia en el programa La Mañana en Directo de ERBOL, donde además expresó su congoja por el reciente deceso del Santo Padre, a quien considera como un protector.

Contó que, cuando llegó el Papa a Bolivia, él había recibido el grado de policía honorario, gracias a las gestiones del suboficial Franz Luna, un efectivo conocido por su labor social y trabajo con la niñez.

El suboficial Luna había conocido a Rilver en el Hospital de Niños, cuando padecía cáncer, y lo ayudó a cumplir su sueño de ser policía.

Rilver participaba del programa Semillas del Sol en ERBOL, donde Franz Luna era el presentador.

Rilver relató que, cuando iba a llegar el Papa a Bolivia, la Policía le encargó que entregue al pontífice una gorra de la institución verde olivo. Sin embargo, la misión era complicada, porque no formaba parte del protocolo.

Así es que, con su muleta, Rilver tuvo que escabullirse entre las piernas de la gente que se acercaba al pontífice y su seguridad.

“El Papa Francisco estaba rodeado de seguridad y, pues, yo tuve que buscar la manera para escabullirme entre los guardias y poder asomarme. El Papa Francisco tampoco sabía que tenía la enfermedad de cáncer, era un encuentro sorpresa en pocas palabras”, manifestó.

A Rilver todavía le queda el recuerdo de la voz del Papa cuando bendecía su pierna y decía: “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”.

“Era una mano muy frágil, una mano muy delicada, muy cuidada. Tocabas la mano del Papa Francisco y se sentía una sensación muy bonita, como unos ángeles que te que se te acercaban a ti, era algo bonito”, rememoró.

Para el joven, fue todo un privilegio estar con el Papa para recibir su bendición y entregarle un recuerdo de la Policía Boliviana. Agradeció a la entidad del orden, al Ministro de Gobierno de entonces y al suboficial Franz Luna por la oportunidad.

Recibió del Papa un rosario, que guarda como un objeto invaluable y símbolo de la protección de Francisco para él y su familia.  

Considera que el Papa hizo un milagro, porque, si bien ya le habían amputado la pierna en 2014, no tenía la certeza de que el cáncer había desaparecido. Pero, tres semanas, después los estudios confirmaron que estaba libre de la enfermedad.

“Fue algo muy sorprendente para mí, instantáneo, porque al pasar tres semanas que ya fui a hacerme los análisis, la revisión médica que correspondía (…) fue ahí donde ya recibo la noticia de que prácticamente se fue la enfermedad”, testimonió.

El joven manifestó que tampoco tenía la garantía de que con los años vuelva el cáncer a su cuerpo, pero hoy está perfecto de salud. Agradece de estos a Dios y a la bendición del Papa Francisco.

“Yo pienso no que Dios Todopoderoso junto con Papa Francisco me dieron una segunda oportunidad más en la vida”, sostuvo el joven bachiller.

Rilver junto al suboficial Franz Luna en su graduación.

Rilver expresó también que el deceso del Papa fue un golpe muy duro para él, por la importancia que ha tenido en su vida.

Pese a ello, el joven tiene presente al pontífice y le hace un pedido: “que proteja de mí, así también de mi familia, que nos aparte y libre de todo mal, que cuide a las personas que más queremos en esta vida, que cuide de las personas que siempre han estado al pendiente de mí, como mi familia, el suboficial Franz Luna y a todos los camaradas de la Policía Boliviana, que los cuide, proteja no de todo mal”.