Fuente: AFP

La ciudad de Río de Janeiro dejará de exigir el uso de mascarilla anticovid en espacios cerrados a partir del martes, convirtiéndose así en la primera capital de estado brasileña en dar ese paso.

La medida es posible gracias a la fuerte caída del número de contagios y muertes por coronavirus en todo el país en las últimas semanas.

"Ante la recomendación del comité científico de la ciudad de Rio, una edición extra del Boletín Oficial de esta tarde libera el uso de mascarillas en espacios abiertos y cerrados en la ciudad de Rio de Janeiro", escribió en Twitter el alcalde Eduardo Paes.

Su uso ya era opcional al aire libre en Rio desde octubre, pero parte de los habitantes las siguen usando en la vía pública.

Además, "cuando lleguemos al 70% (de la población vacunada) con la dosis de refuerzo, finalizará el pasaporte sanitario", agregó Paes. Actualmente, 42,3% de los habitantes han recibido la tercera dosis, según datos oficiales.

Los famosos desfiles de Carnaval de las escuelas de samba en el Sambódromo, que deberían haberse celebrado hace una semana, se pospusieron a abril ante el repunte de nuevos casos en enero, con la llegada de la variante ómicron. Y los tradicionales "blocos" callejeros quedaron suspendidos.

Pese a todo, muchas fiestas privadas tuvieron lugar en la "cidade maravilhosa", cuyas playas se abarrotaron durante las fiestas de carnaval.

El número de contagios, que se había disparado a lo largo de enero en todo el país, ha ido descendiendo de forma sostenida desde mediados de febrero.

La media móvil de nuevos casos diarios, que estuvo cerca de los 190.000 en la primera quincena de febrero, cayó por debajo de los 50.000 el jueves y se situó en los 40.130 el domingo.

El número de muertes también ha disminuido significativamente: el promedio móvil fue de 430 muertes diarias en los últimos siete días hasta el domingo, en comparación con 951 el 11 de febrero.

Más del 72% de los brasileños están completamente inmunizados contra el coronavirus, lo que permitió evitar a principios de año una gran mortandad como la de 2021, cuando el promedio de muertos diarios superó los 3.000 en abril.

La pandemia ha dejado ya más de 650.000 muertos en Brasil.