Rurrenabaque: Concluyó XI Foro Social Panamazónico luego de cuatro días de debate
Este sábado finalizó la undécima edición del Foro Social Panamazónico (FOSPA XI) en Rurrenabaque, Beni, tras cuatro días de intensos debates y análisis sobre la situación actual de la Amazonía. Participaron delegaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, junto con diversas organizaciones y movimientos de los pueblos amazónicos.
El evento concluyó con la aprobación de un mandato unánime para continuar la defensa de la humanidad y el planeta. Tras 22 años de su fundación, el FOSPA sigue siendo un proceso clave que converge y fortalece las luchas de los pueblos amazónicos, según se destaca en las conclusiones adoptadas como mandato oficial.
Entre los temas prioritarios abordados durante el evento se destacaron la autonomía y el autogobierno de las comunidades indígenas, quienes enfrentan significativas barreras legales y burocráticas que limitan su capacidad de acción y desarrollo.
Los participantes exigieron el pleno reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas conforme a los instrumentos del Derecho Internacional. Subrayaron que la lucha por la autonomía indígena no se limita a lo local, sino que constituye un movimiento político que busca el autogobierno y la libre determinación, desafiando las estructuras estatales vigentes y promoviendo la transformación hacia estados plurinacionales.
Se instó a eliminar las barreras legales y burocráticas que obstaculizan la consolidación de gobiernos autónomos indígenas y la gestión de recursos públicos según las prioridades territoriales, sin estar subordinados a la lógica estatal convencional.
Enfatizaron la necesidad urgente de garantizar una participación efectiva de los pueblos indígenas en las discusiones sobre crisis climática y biodiversidad, dada su posición como defensores enfrentando problemas como la corrupción, la falta de acceso a la justicia, invasiones y violencia.
Las delegaciones también se comprometieron a promover la justicia hídrica, la protección de los bosques amazónicos, la eliminación de subsidios y financiamientos a actividades extractivistas, y a prohibir la exportación de productos que contribuyan a la deforestación. Además, plantearon la creación de un sello amazónico para productos agroecológicos y la construcción de una zona libre de extractivismo minero.
Demandaron una transición energética justa, popular e inclusiva, que garantice el derecho a la energía y promueva alternativas económicas sostenibles en regiones libres de combustibles fósiles. También se expresó un firme rechazo a los proyectos de palma africana para biodiesel, señalando que vulneran derechos humanos y territoriales, beneficiando a empresas privadas sin abordar la crisis climática.
Finalmente, se rechazó el uso de semillas transgénicas y biotecnología, abogando en cambio por la implementación de la soberanía alimentaria y sistemas alimentarios locales basados en prácticas agroecológicas. Se subrayó la importancia de la investigación e innovación en colaboración con instituciones académicas para alcanzar estos objetivos.