MEDIO AMBIENTE
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Pedaleando bajo montañas y nevados hacia el Parque Nacional más antiguo de Bolivia

Una leyenda asegura que cada día al despertar, el Nevado Sajama lo primero que hace es contemplarse en esa laguna, la Laguna Isla que queda frente a la población de Lagunas. (Foto FUNDESNAP)



Vía: Agencia de Noticias Ambientales (ANA)

Si bien venían vehículos de auxilio y ya estábamos respirando trabajosamente, el maravilloso paisaje alto-andino y el encuentro con el majestuoso Tata Sajama eran los principales alicientes para no detenerse ni quedarse atrás. Más allá se divisaban otros nevados como los Payachatas (Parinacota y Pomerape), el Quisi quisini y el Acotango. Parecía una visión celestial.

Parque Nacional Sajama, diciembre de 2021.- A finales de noviembre circuló una convocatoria para un recorrido ciclístico denominado “Vuelta al Nevado Sajama”, auspiciado por el Gobierno Autónomo Departamental de Oruro, el Servicio Departamental de Deportes, la Asociación Departamental de Ciclismo, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) y el Parque Nacional Sajama (PN Sajama), así como los municipios de Huayllamarca, San Pedro de Totora y Curahuara de Carangas, este último es el que comprende al PN Sajama con su superficie de 94.939,8 ha (SERNAP, 2021).

Se trataba de la Primera Competencia de Integración Deportiva Cultural Turística F-31 “Vuelta al Nevado Sajama”. Era una excelente ocasión para poder visitar y efectuar cobertura periodística a la primera área protegida creada en Bolivia, un 2 de agosto de 1939, cuyo objeto de conservación son los bosques de queñua (Polylepis tarapacana) que cubren más de 10.000 ha y ascienden por encima de los 5.200 msnm, constituyendo la formación leñosa más alta del mundo.




Una leyenda asegura que cada día al despertar, el Nevado Sajama lo primero que hace es contemplarse en esa laguna, la Laguna Isla que queda frente a la población de Lagunas. (Foto FUNDESNAP)

La idea de participar surgió en el Encuentro de Áreas Protegidas de Interés Nacional, efectuado entre el 18 y 20 de noviembre en Cochabamba, cuando la Dirección y el Comité de Gestión del PN Sajama invitaron a FUNDESNAP a participar de ese evento.

Para ello, la tarde del viernes 26, fue necesario embarcarse de la ciudad de La Paz a la capital orureña, pues un bus recogería a los ciclistas a las 05:30 del sábado de la plazuela Casco del Minero, y de allí se saldría hacia el noroeste, hasta el puente Chuquichambi, a 70 km, donde comenzaría el trayecto ciclístico.

¡Competencia, no circuito turístico!




A partir de las 05.30 del sábado 27, enfrente a la plazuela Casco del Minero de Oruro comenzaron a concentrarse las delegaciones de ciclistas para ser trasladados al punto de partida (Foto FUNDESNAP).

La primera impresión al leer la convocatoria fue que se trataba de un recorrido ciclístico, pero no, era una competencia. Ya era muy tarde para retroceder, solo quedaba continuar, inclusive nos asignaron numeración a cada bicicleta.

Éramos más de cien deportistas, llegaron delegaciones de ciclistas desde diferentes lugares del país a objeto de participar en la competencia, entre ellos Cochabamba, Potosí, Oruro y La Paz.

A Santiago de Huayllamarca




La población de Santiago de Huayllamarca fue el primer destino de la competencia ciclística «Vuelta al Sajama» (Foto FUNDESNAP).

27 de noviembre, Hrs. 08.30 Una vez que arribamos al punto de partida oficial (puente Chuquichambi), aproximadamente a las 08.30, dio inicio la partida a la primera etapa. El típico paisaje orureño se caracterizaba por una carretera asfaltada en medio de un extenso altiplano, entre pajonales, planicies y serranías.

Pese a que el día anterior llovió bastante, ese sábado estaba despejado. La meta de la primera etapa, luego de pedalear más de dieciocho kilómetros por ligeras pendientes y bajadas (“lomos de pez”), sería la población de Santiago de Huayllamarca. Era preciso evitar retrasarse demasiado, había que pedalear velozmente, al final de cuentas era una competencia.




En esa población se efectuó la primera premiación en los que los ganadores del primer lugar recibieron como premio garrafas nuevas. (Foto FUNDESNAP, gentileza Edwin Aquino)

10.30 y algo más Con cerros rojizos mirándonos y una temperatura templada, lo más bonito fue entrar a esa población hasta la plaza principal, sitio acogedor y donde la población se congregó para festejar con trajes típicos, mantos, sombreros, bufandas y polleras de colores encendidos, bailes y una orquesta autóctona de tambores, quenas y erkes. Allí las autoridades del lugar dieron la bienvenida a los competidores y a quienes organizaron todo. Lamentablemente, algunos ciclistas dejaron la carrera, ya sea por agotamiento o por dificultades mecánicas en sus bicicletas.

En ese lugar no faltaron los discursos y las respectivas premiaciones a los que lograron llegar en los tres primeros lugares con garrafas nuevas así como prendas nativas, aunque en realidad el acto no duró más de una hora, pues luego había que dejar las bicicletas en un camión y nuevamente subir a los buses que nos acompañaban.

Hasta Totora por una ruta de tierra y pendientes




Un camino de tierra era la ruta para llegar hasta la siguiente población: Totora (Foto FUNDESNAP Gentileza Edwin Aquino).

11.30 El siguiente destino era el lugar de partida de la segunda etapa: se arrancó desde otro puente, esta vez era el puente de Río Grande, porque había que llegar hasta el municipio de Totora. Ésa fue la etapa más dura, si bien solo comprendía 16 kilómetros, la mayoría del trayecto era pendiente y la carretera era de tierra. Todo formaba parte de la ruta F 31 que los comunarios y autoridades del sector aspiran a que sea asfaltada.

En cualquier caso, especialmente para quienes no estábamos acostumbrados a efectuar ese tipo de recorridos a nivel competencia, dicho tramo fue agotador, pese a que activamos las cajas de cambios para poder subir, todo era muy exigente. Si bien venían vehículos de auxilio, con el sudor bañándonos el rostro y respirando trabajosamente, el principal aliciente era el amor propio: no detenerse, ni quedarse atrás.

Allí fue posible comprobar que las montañas, las enormes rocas, el aire puro, la naturaleza en general, emanan energías que inyectan bríos para alcanzar logros impensados como el continuar con fuerzas y vigor para seguir en la competencia.

Una vez llegados a una especie de abra, comenzaba el descenso, pero como el camino era de tierra, estaba “calamineado” (ondulado, como calamina en la ruta), que torturaron nuestras bicis y a nosotros por supuesto. Allí se aflojaron los tornillos de diferentes dispositivos de las bicicletas, como manubrios e inclusive ruedas. Aumentaron las deserciones.




El pedalear en pendiente por los caminos de tierra de los cerros del fondo fue una de las partes mas exigentes de la «Vuelta al Sajama» (Foto FUNDESNAP Gentileza Edwin Aquino).

13.00 Arribamos de a poco al destino de esa segunda etapa: la plaza principal del municipio de Totora, donde también el recibimiento fue bullicioso. Traíamos un hambre atroz, pese a que allí también nos invitaron comida, muchos nos atracamos de galletas y refresco desesperadamente.

Pero los comunarios nos ofrecieron unos panes blancos, tibios y deliciosos, sin nada de levadura, realmente eran todo un manjar.

Curahuara de Carangas: con el manubrio suelto




Curahuara de Carangas, el municipio al que se arribó luego de la segunda etapa. (Foto FUNDESNAP)

14.30 Luego de las premiaciones y los discursos de bienvenida, iniciamos la tercera etapa, partiendo hacia nuestro último destino de ese sábado: la población de Curahuara de Carangas, a la que arribaríamos luego de pedalear más de treinta kilómetros por una vía rudimentariamente asfaltada.

Ya en inmediaciones del Parque Nacional Sajama, fue posible avistar impresionantes sitios arqueológicos cerca a la vera del camino, pero no era posible detenerse a tomar fotos, otra vez cabe reiterar: era una competencia. Detenerse implicaba, además de retrasarse, perder la fuerza de impulso.

De pronto el manubrio se comenzó a aflojar –era uno de los resultados del anterior tramo de tierra por una vía calamineada y en descenso-. Por confusión, en vez de llevar un cortaplumas con destornillador para ajustar, pusimos uno con cuchara y tenedor plegables…bueno, el caso es que allí no servirían para nada.

No quedó otra que reducir la velocidad para poder controlar la dirección, especialmente en los leves descensos. Ese fue otro suplicio, pero ni modo, a continuar, ya dentro de poco arribaríamos a la población de Curahuara de Carangas.




En las graderías del atrio de la patrimonial y centenaria iglesia de Curahuara de Carangas (Foto FUNDESNAP).

17.45 Y sí, a eso de las 17.30 ya avistamos Curahuara de Carangas a los pies de un cerro que cobijaba a la población, con su típica iglesia que data de tiempos coloniales, sobresaliendo entre las demás edificaciones, con techos de paja y calamina. Luego de unos quince minutos ingresamos hasta la plaza principal. Otro recibimiento caluroso, es que el cariño y afabilidad de la gente de las comunidades es muy especial.




Una representación en piedra del Santo Grial se encuentra en una oscura habitación de la «Capilla Sixtina» de Curahuara de Carangas, en las proximidades del Parque Nacional Sajama. (Foto FUNDESNAP)

Pese a que quisimos tomar fotos del interior de la iglesia conocida como la “Capilla Sixtina de Los Andes” (1608) y declarada monumento nacional (1960), no nos lo permitieron. Pero la medida tenía lógica, porque al tratarse de una decorado y murales tan antiguos que representaban escenas bíblicas, tanto en la cúpula como en las paredes, los flashes de los celulares eran susceptibles a provocarles daño. Aunque, eso sí, pudimos recorrer íntegramente su interior.

Allí descansamos más de una hora, del lugar abordaríamos el enlace que nos llevaría hasta la población de Sajama.

Parque Nacional Sajama




Ya en el PN Sajama, las montañas nos recibían engalanadas de blanco, porque toda esa tarde había nevado en las alturas. (Foto FUNDESNAP)

18.45 Pese a que ya estaba oscureciendo, en el trayecto al pueblo de Sajama (ya estábamos en el área del parque nacional), divisamos desde el bus interesantes formaciones líticas a la vera de la vía, eran como auténticas ciudades de piedra con formas que insinuaban árboles, animales y perfiles humanos.

La silueta del volcán Sajama (6542 msnm), cubierta con un manto blanco, ya se dejaba ver, toda esa tarde había llovido y, por supuesto, nevado en las alturas. Como llegamos desde el noreste, luego de las tres etapas hasta Curahuara de Carangas, el nevado Sajama, pese a la nubosidad, dejaba ver su figura imponente.  Más allá se divisaban otros nevados como los Payachatas (Parinacota y Pomerape), el Quisi quisini y el Acotango, entre otros que también son volcanes apagados.




El «Doctor Sajama» como lo llaman respetuosamente los comunarios del área protegida, parecía decirnos «Bienvenidos, yo soy el Señor de este lugar». (Foto FUNDESNAP)

Finalmente llegamos a la carretera que se dirige al punto fronterizo de Tambo Quemado, luego de recorrerlo por casi veinte minutos, llegamos a otro punto denominado Cruce Sajama. La vía era de tierra y conducía a la población del mismo nombre, pero al estar cenagosa, no conocer la ruta y ser de noche, debimos proseguir en el bus que recorrió lentamente ese sendero, la idea original era hacer el tramo Cruce Sajama a la población en nuestras bicicletas, casi cinco kilómetros.

El pueblo de Sajama, donde recibimos otra calurosa bienvenida, es el principal punto del sector, porque en ese lugar se encuentra la llegada para desde ahí dirigirse a los diferentes atractivos del área protegida. Allí está uno de los tres campamentos de guardaparques del área protegida: los otros son Puesto Lagunas y Tomarapi. Pernoctamos en esa población para, al día siguiente, iniciar la cuarta y última etapa de la competencia.




Un circuito de tierra alrededor del pueblo de Sajama se constituyó en la cuarta y última etapa. (Foto FUNDESNAP)

28 de noviembre, 08.30 Luego de galardonar a los tres primeros puestos, iniciamos un circuito arenoso de quince kilómetros alrededor del pueblo. El punto de partida y llegada era la plaza principal del pueblo de Sajama. Salvando dunas y promontorios, allí sí tuvimos que imprimir velocidad para regocijo de los pobladores, mientras conscriptos de un puesto militar cercano marcaban la ruta.

Luego fue posible conocer a las autoridades y guardaparques del PN Sajama, efectuar entrevistas y recabar más información del lugar y sus características.




La dirección y las autoridades originarias que comprende el PN Sajama se congregaron en la población del mismo nombre para dar la bienvenida a la competencia ciclística. (Foto FUNDESNAP)

Quedaba grabado en la mente y en el corazón el panorama inolvidable del lugar, enormes nevados, lagunas como espejos, matorrales y paja brava, asombrosas formaciones geológicas, aves, auquénidos y un terreno húmedo y arenoso, en medio de senderos, rocas, paja brava y bofedales.

El próximo año, según anuncios de los organizadores, entre ellos, Richard Veizan, presidente de la Asociación Departamental de Ciclismo de Oruro, la competencia se realizaría en pleno nevado Sajama, a la altura del campo base, esta sería una vuelta alrededor de la montaña: la meta, efectuar la competencia ciclística más alta del mundo.




Resonaba en la mente una frase repetida por los organizadores: La bicicleta es el único vehículo del cual su pasajero es el motor». (Foto FUNDESNAP)

Dotación a los campamentos




Erika Pinto, directora del PN Sajama, hizo referencia a las necesidades del área protegida de la que es titular. (Foto FUNDESNAP)

En la oportunidad, Erika Pinto, directora del Parque Nacional Sajama, solicitada por la prensa y muy atareada en la recepción a la competencia ciclística, accedió a ser entrevistada por FUNDESNAP, haciendo referencia a las principales necesidades que presenta el PN Sajama, como la dotación de insumos a los tres campamentos que comprende el área protegida: Sajama, Lagunas y Tomarapi.

“Las principales necesidades del AP son: primero, la refacción de los campamentos; segundo, dotar de los insumos necesarios; tercero, material logístico a los guardaparques para que realicen los patrullajes que se requieren efectuar cada día y cada semestre”, destacó la titular de esa área protegida.

Uniformes y combustible

En ese sentido la directora enfatizó en la necesidad de que se dote de uniformes a los guardaparques, considerando además que se trata de un área protegida que se halla en un sitio fronterizo, en este caso con Chile, que en su territorio cuenta con el Parque Nacional Lauca, aledaño al PN Sajama, “debe dotarse de uniforme a los guardaparques, porque como es un lugar fronterizo, tienen que verlos siempre con uniforme, al verlos como sea, ya no, se pierde autoridad”.




El PN Sajama cuenta con tres puestos: Sajama, Tomarapi y Lagunas, de este último el guardaparque Calle es uno de los encargados. (Foto FUNDESNAP)

Por su parte, el guardaparque Rolando Calle del Puesto Lagunas, entre los chillidos de las aves y ante una plácida laguna que reflejaba como un espejo al Sajama, quien consideró además otros factores, como el clima que en muchas ocasiones suele descender bajo los cero grados centígrados, se refirió a la necesidad de uniformes y ropa de protección contra el frío.

“Por ejemplo, en esta gestión 2021, personalmente yo me tuve que comprar uniforme para esta gestión, mira que el clima acá en Sajama, el frío es terrible, viene la época de lluvias y hasta el momento no tenemos nada de dotación, lamentablemente no tenemos ni un sombrero, ni una gorra, como se dice, ni un guante, lamentablemente tenemos que tener que acudir a nuestros propios medios para conseguírnoslos”.




Es necesario que se dote de suficiente combustible para los motorizados con que cuenta el PN Sajama (Foto FUNDESNAP)

De la misma manera, Pinto especificó que es preciso combustible para los vehículos, lo que más adelante fue respaldado por los guardaparques consultados, “Hasta el momento en este año hemos estado, tal vez por la pandemia, en una austeridad tremenda, no hemos tenido material logístico, combustible, que es lo que más usamos”.

El guardaparque Calle también se refirió al aspecto del combustible, “…también viene la escasez de combustible, de lo que nosotros también hacemos la compra con nuestros propios recursos”.

Bicicletas de montaña




Los guardaparques sugieren la dotación de bicicletas de montaña para hacer patrullaje cuando no hay combustible. (Foto FUNDESNAP)

Al respecto, considerando la topografía del lugar, Calle agregó que, considerando los diversos casos en los que no se cuenta con combustible sería muy útil la dotación de bicicletas de montaña para desplazarse y hacer patrullaje en esa área protegida.

En referencia a todo ello, cabe añadir que estos y otros requerimientos identificados por el personal de las veintidós áreas protegidas de carácter nacional en Bolivia, así como por la Oficina Central del Servicio Nacional de Áreas Protegidas a cargo de estas unidades de conservación con sede en La Paz, actualmente están siendo recopilados, analizados, sistematizados y documentados en la Planificación Estratégico Financiera 2022 – 2031 que FUNDESNAP y SERNAP están desarrollando de manera conjunta.

Turismo: principal fuente de ingresos de esa área protegida




Los Payachatas y otros nevados reflejados en las lagunas, el turismo es la principal fuente de ingresos del PN Sajama. (Foto FUNDESNAP)

Los ingresos que percibe el PN Sajama, según información de la directora, se concentran en el turismo que genera ingresos mediante el Sistema de Cobros (SISCO) a quienes visitan esa área protegida que, entre nevados y otros atractivos como géiseres, lagunas y bosques de keñua, cuenta con la montaña más alta de Bolivia, el volcán Sajama.

“El mayor ingreso del parque es el SISCO, el cobro del SISCO, hasta ahorita es lo único, el SISCO comprende en que cobramos el SISCO, un porcentaje va para las comunidades, y el otro porcentaje va para la dirección del parque, que es el material logístico y demás”, observó la directora del PN Sajama.

El tema del SISCO está consensuado y reglamentado con la Oficina Central del SERNAP, se hace el cobro a turistas extranjeros de Bs 100, a turistas nacionales de Bs 30, y a los estudiantes de Bs 10.




En la paz de las montañas encontramos un modesto cementerio rural (Lagunas). (Foto FUNDESNAP)

“Los que mayormente visitan el área son alemanes, franceses, tal vez un poco de los israelitas, de Israel, sí. Y después ya vienen variado (…). A escalar mayormente vienen alemanes y estadounidenses, están también los brasileños, son fanáticos para la montaña, después vienen variados, vienen algunos que les gusta la montaña, vinieron mexicanos, de muchas organizaciones (montañistas), de agencias (de viaje) con una reserva ya de un año antes para hacer la escalada al Sajama, porque es la primera montaña más alta de Bolivia”, describió el guardaparque Calle.

Cabe añadir que las comunidades del área protegida ofrecen guías oriundos, capacitados en la escalada de alta montaña y que son recomendados a los turistas que proyectan hacer escalada por parte de los guardaparques en los puestos de ingreso al PN Sajama, “aquí están asociados los hermanos que son del lugar, están asociados en guías de montaña, no son muchos, son pocos que tienen conocimiento para la escalada del nevado Sajama y otras nevadas que algunos turistas ascienden para hacer cumbre. Son guías locales que también son capacitados para ello”, particularizó Alfonso Guarachi, guardaparque del PN Sajama.

Esquila de vicuñas

En referencia a la esquila de vicuñas, otra fuente de ingresos en el PN Sajama, consistente en la captura, trasquilado y posterior liberación de individuos, sin causar daño a la especie silvestre portadora de una de las fibras más finas del planeta y que habitualmente se venía ejecutando por los comunarios de esa área protegida con los auquénidos de su propiedad, la directora del PN Sajama informó que desde hace cuatro años dicha actividad ya no es realizada por los comunarios del área protegida.

Sin embargo, se quiere retomar esta iniciativa que sería altamente beneficiosa para las comunidades y la sostenibilidad del PN Sajama, para lo cual ya se acudió a instancias conservacionistas.




Se pretende retomar el proyecto de esquila de vicuñas en el PN Sajama (Foto bolivia.turistica.org)

“La esquila de vicuñas hace muchos años (4) se había dejado en el PN Sajama, hemos ido con la WCS (Wildlife Conservation Society, Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre) para retomar este proyecto, ya que nuestra función es cuidar la flora y la fauna, entonces como parque queremos retomar ello juntamente con las autoridades originarias”, confirmó la directora del PN Sajama.

Bajo esa visión, también Juan Manuel Condori, Jefe de Protección del PN Sajama observó que hubo algunos problemas cuando se realizaba la esquila, como algunos problemas de trastornos en la piel de los auquénidos.

El tema de la esquila de vicuña se ha estado practicando, pero hace cuatro años que se ha dejado de aplicar esta situación, a cercar, se ha llegado a suscitar algún problema con el tema de vicuñas con sarna, estamos viendo la posibilidad de subsanarlo y volver a retomar esta actividad”, detalló Condori.

Por su parte Rolando Calle agregó: “es un tema de que estos últimos años no ha habido censos de vicuñas, ha migrado la población de vicuñas de un lado a otro lado, también tal vez por el manejo de algunos lugares, de algunos comunarios que cercaron el lugar de sus terrenos, acá los llaman su ‘sayaña’, entonces lo cercaron, ello hace que el animal silvestre, fuese la vicuña o el suri, han migrado a otras partes, han llegado al vecino país de Chile”.

Seis guardaparques y un jefe de protección




Un guardaparque nos enseñó un nido de aves acuáticas al borde de una laguna (Foto FUNDESNAP)

El Parque Nacional Sajama, primer área protegida en Bolivia en ser así declarado en agosto de 1939 y ratificado por ley en 1945, actualmente cuenta con seis guardaparques y un jefe de protección distribuidos en los puestos Sajama, Lagunas y Tomarapi para un área protegida que cuenta con casi cien mil hectáreas de extensión en esa subcuenca altoandina.

“Son seis guardaparques y un jefe de protección, en el cual vemos que para un área que es grande son pocos, y aparte de que los guardaparques trabajan veinte días y diez días salen de descanso, recién se ha aprobado ese reglamento de diez días de descanso a los guardaparques, entonces estamos en carencia de personal”, ilustró la titular de esa área protegida.

Por su parte, el guardaparque Rolando Calle estimó que los mejores guardaparques son aquellos que son oriundos del área, pues conocen la naturaleza y características del lugar, así como la idiosincrasia de sus comunidades.

“Los mejores guardaparques son los que provienen de las comunidades del área, nosotros somos de diferentes comunidades, el parque Sajama está con cinco comunidades dentro el área, de las cinco comunidades, de cada comunidad existen guardaparques. Como lugareños conocemos el lugar, conocemos lo que existe en el área, conocemos los usos y costumbres que hay en nuestro PN Sajama”, complementó Calle.

Chullpares y sitios arqueológicos

Durante el recorrido de la competencia ciclística, en el tramo Curahuara de Carangas – Sajama fue posible observar en el área del PN Sajama la existencia de asombrosas formaciones líticas que semejaban ciudades de piedra con curiosas formaciones que insinuaban cabañas, esculturas, así como otros restos, sin embargo, ello aún no estaría siendo turísticamente explotado.




Inclusiva al borde de la carretera que conduce al PN Sajama y a la frontera con Chile, existen formaciones geológicas particulares que merecen ser estudiadas. (Foto FUNDESNAP)

“Bueno, sí, durante todo este tiempo, cuando he asumido la dirección, he visto que poco o nada de importancia les han dado a los sitios arqueológicos. Respecto a lo cual mi persona ha ido a hacer recorridos a los chullpares, existen chullpares netamente de piedra que son espectaculares, quizás por lo que no tenemos personal, personal especializado, antropólogo o técnico de turismo, no se ha dado mucha importancia”, reconoció la directora.

Al respecto, Erika Pinto también añadió que se habría firmado el martes, 30 de noviembre, un convenio con la Universidad Técnica de Oruro (UTO), mediante el cual docentes y estudiantes, especialmente de las carreras de Antropología y Turismo, valorarían la existencia de estos sitios y lo que contienen, como chullpares y otros.




La directora del PN Sajama aseguró que existirían chullpares espectaculares en los espacios que comprende esa área protegida y que para su estudio se estaría firmando un convenio con la UTO. (Foto FUNDESNAP)

“Este martes 30 estamos firmando un convenio con la UTO, en el cual con todas las carreras estamos firmando, para qué, para que tanto docentes como estudiantes ingresen al área protegida, por ejemplo Antropología va a ser nuestra mano derecha en ese tema de los chullpares que nos pueda guiar para que podamos conservarlos, no perderlos, porque por lo poco o nada de importancia que las direcciones anteriores le han dado, se los está perdiendo y tenemos pues que preservar. Hay muchos, muchos, muchos chullpares por Patojo Alto, los chullpares (…)”, corroboró la funcionaria.

«Visiten esta área protegida




Iglesia del pueblo de Sajama, porque la belleza de la sencillez no especifica estilos arquitectónicos. (Foto FUNDESNAP)

Tanto los guardaparques, comités de gestión y la dirección del PN Sajama invitaron al turismo y la población en general, a visitar el área protegida que cuenta con todo tipo de atractivos y actividades como la observación de aves y fauna en general, el recorrido por los géiseres y los bosques de queñua, así como la escalada a los nevados y otras montañas de ese espacio que ofrece la naturaleza.

“Invitar acá a toda la población que venga, que nos visite al área protegida, como ve, las comunidades que están dentro de este parque nacional son muy afables, les reciben a todos de muy buena forma, felices de recibirlos a todos. Es la mejor manera de apoyar al parque, porque nosotros vivimos del SISCO, tanto de parte de las comunidades como de la dirección. Cuánto más ingresos del SISCO tengamos, mejor va a ser”, invitó la directora del PN Sajama.




Muy parecida a la anterior, aunque un poco más pequeña, se trata de la iglesia del pueblo de Lagunas, a pocos kilómetros de la población de Sajama. (Foto FUNDESNAP)

Paralelamente, Manuel Quispe, presidente del Comité de Gestión del PN Sajama, respaldó la invitación haciendo énfasis en la reactivación de las visitas a esa área protegida.

“En esto tiene que ver mucho, porque en sí ahora, en sí, como presidente del comité de gestión me siento muy orgulloso, pero esto se tiene que reactivar más y más, porque ustedes saben muy bien que la pandemia también nos ha azotado bastante, a todo el mundo, entonces esto es una iniciativa y me siento muy emocionado, y que no sea la primera y última vez, siempre quiero que  hayan, como estamos dentro del AP, este es un espejo a nivel mundo, porque también es la primera AP de Bolivia y también el primero en Oruro”, expresó Quispe.




Esta laguna de un tono rojizo oscuro es aledaña al Río Yairuni, dentro el PN Sajama. (Foto FUNDESNAP)

De igual modo el guardaparque Calle concluyó ratificando la invitación a esa área protegida altoandina, “el PN Sajama siempre les va a recibir con los brazos abiertos, estamos siempre predispuestos a apoyarlos, se les invita tanto a nacionales como extranjeros a que nos visiten, porque tiene riqueza cultural, tiene atracciones turísticas que todavía hay que seguir explotándolas, se los invita a todos los hermanos que están fuera del área”.

Artículo producido en el marco del Proyecto “Fortaleciendo las Bases de Sostenibilidad Financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SNAP) para la Consolidación de Procesos de Conservación”, implementado por FUNDESNAP en coordinación con el SERNAP y bajo el patrocinio de la Fundación Gordon and Betty Moore.