MEDIO AMBIENTE
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Guardaparques Bolivianos custodian la riqueza natural y cultural del país

Guardaparque PN Carrasco, acompañando actividades de turismo responsable. Fotografía: Archivo PNC-SERNAP.

Vía: Agencia de Noticias Ambientales (ANA)

Texto: Nelson Fernández. Imágenes, gentileza de la Asociación Boliviana de Agentes de Conservación (ABOLAC).

La Paz, 30 de julio (ANA).– Más de   300 guardaparques, entre ellos una veintena de mujeres, son responsables de la conservación de las áreas protegidas nacionales, territorios especiales que brindan varias funciones ambientales y ecosistémicas que van desde la dotación de aire puro y agua, hasta regular el clima y aportar sustancialmente con la seguridad alimentaria y estabilidad de los suelos entre otros beneficios sin los que, definitivamente, nuestra vida no sería posible. 

Los guardaparques bolivianos resguardan más de ciento cincuenta áreas protegidas, veintidós de ellas de carácter nacional (17% de nuestro territorio patrio), y más de ciento veinte subnacionales con las que se tendría involucrado a un 23% de la superficie total del país. Efectúan un arduo trabajo de control y vigilancia de la biodiversidad, la diversidad cultural, el medio ambiente, el turismo responsable y la sensibilización de las poblaciones que habitan los territorios especiales de conservación.  


Guardaparque PN Carrasco, acompañando actividades de turismo responsable. Fotografía: Archivo PNC-SERNAP.

El trabajo sacrificado de los guardaparques conlleva una alta responsabilidad y compromiso ya que en sus manos se encuentra nada menos que el resguardo del patrimonio natural y cultural de Bolivia, lo cual no es una tarea fácil, prueba de ello es que 20 héroes silenciosos ofrendaron sus vidas en cumplimiento de su labor en manos de depredadores, cazadores furtivos y otros infractores a los que intentaron persuadir.  


Guardaparques del PN ANMI San Matías en un patrullaje de rutina. Fotografía: Archivo PN ANMI San Matías.

Un 8 de noviembre de 1995, Clemente Cruz, un agente de conservación del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Amboró, perdió la vida por salvar la de un jochi que iba a ser defenestrado por depredadores presentes en la zona. En conmemoración a este héroe de la conservación se instaura esa fecha como el Día Nacional del Guardaparque.  

De la misma manera, en 1992, la Federación Internacional de Guardaparques (FIG) declaró el 31 de julio como el Día Mundial del Guardaparque, en reconocimiento a la labor y el compromiso de quienes se dedican a proteger el patrimonio natural y cultural del planeta, así como rendir homenaje a quienes se fueron en cumplimiento de su trabajo.  


Guardaparques del PN ANMI Madidi en la restauración de ecosistemas. Fotografía: Archivo ABOLAC.

La jornada laboral de un guardaparque incluye el desarrollo de patrullajes rutinarios por los diferentes espacios de conservación que implica el monitoreo de especies de vida silvestre, ecosistemas frágiles, control de incendios forestales, inundaciones y otras acciones de educación ambiental, monitoreo de turismo responsable y acompañamiento a las comunidades locales en emprendimientos productivos orgánicos, además de la realización de patrullajes especiales de acuerdo a denuncias de oficio  y/o  emergencias, patrullajes exploratorios que incluyen recorridos por extensas áreas poco exploradas y cuya exigencia física implica extraordinarios esfuerzos y riesgo extremo.  


Guardaparques del PN ANMI Cotapata en un trabajo conjunto para el control de incendios forestales. Fotografía: Archivo ABOLAC.

Valor de las áreas protegidas bolivianas

En Bolivia, uno de los requisitos fundamentales para ejercer la noble labor de guardaparque es haber nacido en una de las comunidades de la unidad de conservación, lo cual genera un doble compromiso con la protección y un nexo directo con las comunidades locales.  

Las áreas protegidas bolivianas tienen un valor incalculable en términos de beneficios que brindan a la economía y la sociedad. Si efectuaríamos un estudio monetizando su contribución, seguramente representaría miles de millones de dólares cada año, sobre todo si consideramos el valor de las actividades económicas que se desarrollan gracias a las funciones ambientales y recursos naturales derivados de ellas.  


Guardaparques del ANMIN Apolobamba en trabajos de inventario. De fondo el campamento central La Cabaña. Fotografía: Nelson Fernández

Un beneficio indiscutible son las cuencas hidrográficas de las cuales las comunidades y ciudades consumen sus aguas, tanto para sus familias como para fines productivos, en el segundo caso, el aporte a la agricultura y consiguientemente a la seguridad alimentaria es fundamental. Como un ejemplo, las zonas de producción de frutas, hortalizas y verduras de la ciudad de Santa Cruz se encuentran ya sea al interior o en los alrededores del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Amboró. De similar forma contribuyen las más de 140 áreas protegidas en todo el territorio nacional. 

Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)

El SNAP aglutina a todas las áreas protegidas y los actores involucrados en su administración, funcionamiento y sostenibilidad. Desde el Estado Central, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas es el responsable de organizar este Sistema y administrar 22 unidades de carácter nacional, así como orientar el funcionamiento de las de carácter subnacional, involucrando a los Gobiernos Departamentales, Municipales e incluso actores sociales y/o privados en cuya responsabilidad recae administrar las más de 120 áreas protegidas subnacionales.  

Otros actores que aportan de manera fundamental al SNAP, garantizando que las áreas protegidas bolivianas subsistan y cumplan sus objetivos de conservación y desarrollo sustentable, son los técnicos, administrativos, directores de las áreas protegidas,  Comités de Gestión (que integran representantes de los actores locales clave), poblaciones  indígena originario campesinas e interculturales, cooperación internacional y finalmente las fundaciones y ONG que aportan día a día a su administración y sostenibilidad.  


Guardaparque del PN ANMI Cotapata en patrullaje rutinario de los ecosistemas en conservación. Fotografía: Archivo ABOLAC

Fortalecimiento de los cuerpos de protección 


Guardaparques del PN ANMI Amboró en un patrullaje rutinario. Fotografía: Archivo ABOLAC

La Fundación para el Desarrollo del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (FUNDESNAP) celebra el Día Internacional del Guardaparque e invita a todas las entidades académicas, científicas y entidades nacionales e internacionales a contribuir en los procesos de fortalecimiento, capacitación, formación y equipamiento para  guardaparques quienes día a día arriesgan sus vidas cumpliendo sus funciones en resguardo del capital más importante de los bolivianos, su patrimonio natural y cultural. 

NFG/ANA

Artículo producido en el marco del Proyecto “Fortaleciendo las Bases de Sostenibilidad Financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SNAP) para la Consolidación de Procesos de Conservación”, implementado por FUNDESNAP en coordinación con el SERNAP y bajo el patrocinio de la Fundación Gordon and Betty Moore.